Nací el 24 de noviembre de 1932. Crecí en un ambiente musical, asistí a la escuela en Valparaíso y luego en Santiago y me gradué como Doctor en Medicina en 1959. Después de un comienzo muy temprano con el piano, estudié composición musical, pero dejé de formarme después de mi ingreso en la Facultad de Medicina. Al mismo tiempo, también me impliqué en una Universidad no oficial a la que asistí. Mis influencias importantes a partir de ese momento fueron el poeta visionario chileno y escultor Totila Albert, el poeta David Rosenman Taub y el político y filósofo Bogumil Jasinowski.
Después de doctorarme, fui contratado por la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile para formar parte del personal de un centro pionero en estudios sobre Antropología Médica (CEAM) fundado por Franz Hoffman en 1960; al mismo tiempo ejercí la psiquiatría en la Universidad Clínica Psiquiátrica, bajo la dirección de Ignacio Matte-Blanco y me sometí a un análisis didáctico en el Instituto Chileno para el Psicoanálisis.
Después de algún tiempo implicado en la investigación acerca de los efectos de la deshumanización de la educación médica tradicional, viajé brevemente a los Estados Unidos con una misión adjudicada por la Universidad de Chile: explorar el campo del aprendizaje perceptual. Allí me familiaricé con el trabajo de doctor Samuel Renshaw y con el realizado por Hoyt Sherman, ambos residentes en Columbus, Ohio, e interesados en la percepción de la totalidad.
Más tarde me instalé en Harvard, como un prometedor visitante, el erudito contratado para estudios de valores, y dividí mi trabajo allí entre el Centro para Estudios de la Personalidad (que fue dotado básicamente de personal por los herederos intelectuales de Henry Murria que estaba entonces bajo la dirección de David McClelland) y Emerson Hall, en el Departamento de Relaciones Sociales -donde yo era un participante en el Seminario de Psicología Social de Gordon Allport y un estudiante de Tillich-.
Después de terminar la temporada académica pasé un tiempo con Raymond Cattell de la Universidad de Illinois como socio del doctor Cattell en su empresa privada IPAT, el Instituto de Pruebas de Capacidad y Personalidad.
Más tarde, una invitación para aprender participando en las actividades del Centro para la Investigación de Evaluación de la Personalidad (también un enclave de la cultura de Murray) fui a Berkeley, quedé enamorado de la situación allí y tuve la ocasión de zambullirme en la atmósfera de la contracultura.
Un compañero de la Fundación Guggenheim permitió que yo volviera a Berkeley, después de un año en la Universidad en mi país de origen, para pasar un año y medio y proseguir mis estudios en valores y, más importante aún, yo pudiera crecer y aprender ocupando la mayor parte de mi tiempo en el Instituto de Evaluación de la Personalidad e Investigación (IPAR), donde se me dio la bienvenida como Socio de Investigación, pudiendo disfrutar los privilegios del precioso Campus, incluyendo sus instalaciones de ordenadores y el acceso a la Biblioteca.
Pronto tuve la oportunidad de hacerme amigo íntimo de Carlos Castaneda, aprendiz de Fritz Perls y de formar parte de la temprana comunidad de Esalen. También asistí a talleres de conciencia sensorial con Charlotte Selver y formé parte de las reuniones cada dos meses del grupo de Leo Zeff, pionero en la terapia psicodélica. Más tarde contribuiría sucesivamente en el uso de harmaline, MDA e ibogaine.
Esta es la suma de fondo de mi trabajo de aprendizaje, cuando volví a Chile, en 1977, donde procuré crear un programa incluyendo algunas disciplinas patrocinadas por Esalen sin intentar integrarlas, desde varios talleres breves donde fueron asistiendo todo tipo de gente diferente, desarrollando en Chile un programa Esalen-Chile, mencionado entonces en el Catálogo de Esalen, donde sólo un grupo estable de estudiantes debía ser expuesto a un plan de estudios integrativo.
El tiempo de mi vuelta a Chile fue también el de mi entrada en la investigación en psicofarmacología, como socio con Shulgin y Sargent, así como el principio de mis exploraciones en la terapia psicodélica individual y en la terapia de grupo psicodélica. También en este tiempo viajé brevemente para asistir a dos conferencias pioneras en la Universidad de California: la Conferencia de LSD de 1967 (donde presenté mi investigación en la psicoterapia ibogaine asistida) y una conferencia patrocinada por el Instituto de Karolinska bajo el título “Búsqueda de Etnofarmacología en la Medicinas Psicoactivas”.
Después de algún tiempo trabajando en el Centro de Estudios de Antropología Médica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y en el Instituto de Psicología Aplicada, volví a Berkeley como un inmigrante, y al IPAR, donde seguí mis actividades como Socio de Investigación y también comencé a conducir talleres en el Instituto de Esalen, donde fui considerado “un visitante asociado”.
Finalmente me convertí en uno de los tres sucesores de Fritz Perls (junto con Jack Downing y Robert Hall) cuando él emigró a Canadá. También realicé viajes ocasionales a Los Ángeles donde visité a Jim Simkin, recibiendo de él formación adicional y supervisión.
En 1969 tuve el privilegio de ser nombrado asesor para el Centro de Investigación de Política de Educativa, creado por Willis Harman en SRI. Me asignaron la investigación alrededor de la esfera de técnicas psicológicas y espirituales, de moda en ese momento, aplicable a la educación, y mi informe fue publicado como una monografía del SRI titulada The Unfoldment of Man. Más tarde formaría parte de mi primer libro The One Quest.
En este tiempo también puse por escrito algunas de mis experiencias en la terapia Psicodélica (más tarde publicado como El Viaje que Cura). A continuación acepté la invitación de Dr. Robert Ornstein como coautor de un libro de meditación, y otra de la Dra. Ravenna Helson cuyo objetivo era profundizar en un examen cualitativo de las diferencias expuestas en obras que hablan sobre factores “Matriarcales” “y Patriarcales”, descubiertos por ella al principio en sus investigaciones en autores matemáticos, y también con trabajos de autores que escribían ficción para niños. Todo lo cual cristalizó en mi libro el Niño Divino y el Héroe que sería publicado mucho más tarde.
La muerte por accidente de mi único hijo la víspera de la Pascua de 1970 pareció poner un punto a una etapa de mi vida. La siguiente etapa comenzó con una peregrinación bajo la dirección de un profesor espiritual llamado Oscar Ichazo y una marcha atrás, espiritual, que culminó en “una peregrinación dentro de una peregrinación”, un período de aislamiento en el desierto cerca de Arica, al norte de Chile, que resultó ser para mí el principio verdadero de experiencia espiritual, vida contemplativa y dirección interior.
Tras abandonar Arica al final de 1970 – después de seis meses – comienzo a enseñar a un grupo que incluyó a mi madre, antiguos aprendices de gestalt y amigos; de este grupo chileno recibí la experiencia y confianza necesarias para lanzar mi trabajo posterior en Berkeley en septiembre de 1971. El grupo comenzó como una improvisación y se convirtió en un programa que originó una corporación no lucrativa llamada el Instituto SAT, en el cual me impliqué, sobre todo, como un diseñador del proceso y supervisor de una actividad puesta en práctica por mis estudiantes y una serie de profesores invitados: Zalman Schachter, Dhiravamsa, Ch’u Fang Chu, Sri Harish Johari y Bob Hoffman.
En 1976 yo era un profesor invitado en el Campus de Santa Cruz de U.C. durante dos semestres, y más tarde, de forma intermitente, en el Instituto de Estudios Asiáticos de California (ahora CIIS). Entonces comencé a ofrecer talleres en Europa, refinando de esta manera aspectos del mosaico de acercamientos en el programa SAT – La terapia de gestalt y su supervisión, las aplicaciones del Eneagrama a la personalidad, la meditación interpersonal, la música como un recurso terapéutico y como una extensión de la meditación, dirigieron procesos de comunicación y auto perspicacia hasta que transformé las partes en un todo otra vez y en la compañía de nuevos colaboradores en 1987, cuando el programa SAT nació de nuevo en España bajo el nombre “de SAT en Babia”, Un programa para el desarrollo personal y profesional. Desde entonces, el programa se ha extendido por Italia, Brasil, México con gran éxito, causando que mi agenda diaria se dividiera durante muchos años entre estas actividades en el extranjero y mi escritura, en mi casa de Berkeley.
A finales de los años ochenta he revisado por completo un libro temprano en terapia Gestalt y publicado dos nuevos. También he publicado tres libros sobre el Eneagrama, así como otro volumen titulado El Final del Patriarcado, una interpretación del problema social como expresión de una devaluación de la naturaleza e instinto humanos y de su solución en el desarrollo armónico de nuestros “tres cerebros” potenciales; también publiqué un nuevo libro en la meditación The Way of Silence and the Talking Cure y Cantos del Despertar, una interpretación de los grandes libros del Oeste como expresiones “del viaje interior” y variaciones en “el cuento del héroe”.
Desde finales de los años noventa he asistido a muchas conferencias de Educación y he procurado influir en la transformación del sistema educativo en varios países con la convicción que nada es más esperanzador en términos de evolución social que el fomento colectivo de la sabiduría individual, la compasión y la libertad. Mi libro Cambiar la educación para cambiar el mundo, publicado en español en el año 2004, se supone va dirigido a estimular los esfuerzos de profesores formados en el Programa SAT que comienzan a estar implicados en un proyecto de SAT-Educación, que se ofrece al personal de escuelas y a los estudiantes de las Escuelas de Magisterio como “un plan de estudios suplementarios” de autoconocimiento, reparación de la relación y cultura espiritual.
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Claudio Naranjo
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