Los que hacen trampa se inventan excusas para sentirse buenas personas
Antes y después de cometer un acto ilegal, dice un estudio israelí, la gente se inventa justificaciones, como “estoy haciendo un bien a los demás”, para mejorar su autopercepción.
Fuente: www.emol.com
“Todos lo hacen”, “el beneficio no es solo para mí, sino también para los demás”, “esto no es nada comparado con lo que hacen los otros”, son algunas de las excusas que las personas usan para hacer trampa, mentir, o realizar un acto inmoral. Conocer la psicología detrás del engaño puede resultar interesante en el marco de los casos Penta y SQM, en los cuales empresas habrían incurrido en la evasión de impuestos.
Tradicionalmente se pensaba que cuando las personas estaban a punto de cometer un acto ilegal o inmoral, recurrían a un análisis de beneficios y costos para concluir si realmente valía la pena cometerlo. Por ejemplo, cuando un estudiante va a copiar en un examen, analiza si el beneficio (la nota que sacará) será más que el costo (ser atrapado y sancionado). Así lo explica un nuevo estudio realizado por la Universidad Ben-Gurión del Néguev, en Israel.
Sin embargo, cuando las personas cometen actos inmorales entran otros factores psicológicos que explican el comportamiento.
“Lo que hemos demostrado es que a la gente le gusta sentir que son honestos, que son “buenas personas”; por lo tanto, mienten y engañan solo cuando encuentran justificaciones o excusas para explicar lo que están haciendo”, dice a “El Mercurio” Shaul Shalvi, coautor del estudio y profesor de psicología de esta universidad.
Esta teoría plantea que cuando las personas cometen un acto inmoral, tendrían serios problemas al tratar de lidiar con la incongruencia entre el comportamiento y lo que creen que está bien o mal, explica Wenceslao Unane, psicólogo social de la Universidad Adolfo Ibáñez. “Para evitar esta contradicción, buscarían excusas para justificar la actitud y hacer que mentalmente la disonancia desaparezca”.
La imagen que tenemos de nosotros mismos es muy importante al momento de tomar estas decisiones, explica Rodrigo de la Fabián, director del doctorado en psicología de Universidad Diego Portales: “Cuando vamos a hacer trampa lo hacemos de tal manera que esa trampa no dañe la imagen que tenemos de nosotros mismos. Para esto, inventamos argumentos que legitiman nuestras prácticas”.
¿Cuáles son estas justificaciones? Según el estudio, una de las excusas más frecuentes que utilizan quienes hacen trampa es decir que el acto no solo lo beneficia a uno mismo, sino a los demás. “Si piensas en el gol que hizo con la mano Maradona en Inglaterra durante la Copa Mundial, en esencia se podría decir que estaba quebrando las reglas, pero fue para el beneficio del equipo; para pasar a la final y ganar la copa”, ejemplifica Shalvi.
Otra forma de sentirse bien después de mentir es creer que existe derecho a hacerlo tras haber realizado un acto bueno, explica el estudio. “Los científicos dicen que es como tener credenciales o monedas morales. Cuando hacemos algo bueno, por ejemplo donamos dinero a la caridad, ganamos estas monedas, y cuando evadimos impuestos, las perdemos”, afirma.