Lo conseguirás fortaleciendo tu autoestima, según un experto psiquiatra, y esa mejora repercutirá positivamente en tu cerebro.
Acéptate tal como eres, tanto las cosas positivas como las negativas, y quiérete a ti mismo. En esas máximas podría resumirse la recomendación que nos hace el psiquiatra Srini Pillay, profesor y bloguero de la Escuela de Medicina de Harvard (Boston, EE. UU.), para lograr mejorar nuestro bienestar emocional.
Este siempre está muy ligado a nuestra salud –física y psicológica–, ya que nos permite en general mejorar el estilo de vida y, en particular, controlar factores como el estrés, las preocupaciones o la depresión, entre otros. Cuando el profesor Pillay habla de “autoestima”, se refiere a aceptar nuestro cuerpo, a aprender a protegernos de las críticas negativas y a creer en nuestras propias aptitudes.
Asimismo, advierte en su último artículo que la baja autoestima afecta directamente a nuestro bienestar físico. “Si sufres una enfermedad física del estilo de una artritis reumatoide, el no aceptarte a ti mismo puede hacer que te sientas más angustiado respecto a tu cuerpo. En ese contexto, tus pensamientos negativos aumentarán”.
La baja autoestima daña el cerebro
Una baja autoestima incidirá, asimismo, en tu cerebro: “Si te sientes mal contigo mismo, las regiones del cerebro que te ayudan a controlar las emociones y el estrés tendrán menos materia gris que en alguien con mayor grado de autoaceptación”, destaca el profesor Pillay.
“Esta falta de materia gris puede aparecer también en regiones del tronco cerebral que procesan el estrés y la ansiedad. Las señales de estrés de estas regiones, a su vez, alteran las regiones que afectan al control emocional. Por ello, una autoestima deficiente puede afectar al control emocional de dos maneras: directamente, interrumpiendo las regiones cerebrales que lo controlan; y también indirectamente, aumentando las señales de estrés en tu cerebro”, continúa.
Existen muchos motivos para sufrir baja autoestima, según explica el doctor Pillay, y una de las teorías apunta a que es algo que nos han dejado personas de nuestro entorno. Por ejemplo, si los padres de una persona le demostraron a su hijo poca empatía en su niñez, este, ya en su edad adulta, necesitará la aceptación de los demás mucho más de lo normal.
Por tanto, es importante trabajar la autoconfianza de las personas desde su más tierna infancia. Más aún si tenemos en cuenta que, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Washington (EE. UU.) y publicado por la revista Journal of Experimental Social Psychology, la autoestima se conforma a los 5 años: los niños de esa edad tienen un sentido de la autoestima totalmente formado y comparable al de cualquier adulto.
Por suerte, no son pocos los estudios científicos sobre nuestra materia gris que aseguran que podemos entrenar el cerebro –por ejemplo, a través de la meditación– para ser más optimistas y menos proclives a sufrir estrés.
Fuente: Raquel de la Morena / Portal www.muyinteresante.es