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Radiestesia

Radiestesia: una respuesta energética 

Todo es energía, por lo tanto, ésta puede ser percibida y medida gracias a la sensibilidad e interpretación que poseen los seres humanos. Estas facultades son la base de la radiestesia. Conozca este arte milenario y entérese de su versatilidad en conjunto con otras terapias energéticas.

Fuente: http://www.revistavida.cl/

En Chile existe una Sociedad de Radiestesia presidida por el ingeniero geobiólogo, radiestesista e investigador Carlos Torres Gandolfi, quien define de forma muy correcta esta disciplina: “Según investigaciones actuales, la radiestesia se basa en la capacidad del cuerpo humano de percibir distintos tipos de alteraciones energéticas en su entorno. Estas variaciones de campos, como el magnético y el eléctrico, son captadas por biosensores que tenemos distribuidos en el cuerpo. De ahí, la información es conducida al sistema nervioso central para luego desencadenar una reacción neurológica desde el hipotálamo.

La respuesta varía en cada persona, pero en todos los casos corresponde a una diferenciación del tono muscular que produce un movimiento involuntario de una varilla o un péndulo. Estos dispositivos sirven para amplificar estas pequeñas reacciones neuromusculares que pueden dar respuestas, por ejemplo, en la búsqueda de personas y objetos perdidos, corrientes de agua subterránea o para evaluar el estado del campo energético de los individuos. El vverdadero instrumento es el cuerpo y su delicado mecanismo de calibración es el sistema nervioso central”.

Los antecedentes científicos de la radiestesia se ven coronados a partir del aporte de Albert Einsten, con su definición reconocida por la ciencia de hoy, la cual establece que:  “La energía es de naturaleza vibratoria y la materia –que es una forma particular de energía- también emite radiaciones”.

Asimismo, el organismo humano, en su totalidad, es un receptor que capta las radiaciones emitidas por otros cuerpos y por las diversas formas de energía. Por ejemplo, un radiestesista puede tomar la mano de una persona que desea conocer su estado de salud y, en la otra, sostiene el péndulo. El consultante envía determinada energía que se proyecta a través del cuerpo del radiestesista y se materializa en el péndulo.

¿Se puede aprender la radiestesia?
El mundo occidental, debido a su formación y concepción de vida, ha desarrollado con preeminencia las funciones racionales que se llevan a cabo en el hemisferio izquierdo del cerebro. Ello, en detrimento de las funciones sensoriales que corresponden al lado derecho. El resultado: personas más racionales que perceptivos e intuitivos. De hecho, la imaginación, la subjetividad y el sexto sentido, no son formas válidas ni confiables para obtener conocimientos. En consecuencia, la cultura occidental no da cabida al desarrollo de las funciones del hemisferio cerebral derecho, entre las cuales se encuentra la radiestesia. Sin embargo, esta disciplina se puede aprender después de un debido entrenamiento y perseverancia para su total dominio.

En la actualidad, todas las técnicas en las que se emplea el péndulo o la varilla se basan en diversas culturas y tradiciones pues este método ha sido utilizado desde la antigüedad por los pueblos indígenas  y por los orientales.

Hace más de cuatro mil años, los druidas (chamanes celtas) la empleaban en las islas británicas para detectar corrientes energéticas y construir casas sobre terrenos aptos.

Se dice que en China, los emperadores no hacían nada sin consultar a los radiestesistas o geomantes y, en Japón, no se levantaba ni una sola construcción sin hacer antes un completo mapa de las diferentes corrientes telúricas presentes en el lugar. De esta forma, se determinaban cuáles eran las zonas favorables o aquellas que podían causar serios trastornos a la salud física y psicológica de los habitantes.

Historia contemporánea
Esta disciplina fue denominada radiestesia por el sacerdote francés Alexis Bouley, a principios del siglo XX, quien unió la palabra latina radius, que significa radiación, con el vocablo griego aisthesis, en su acepción de sensibilidad.

A poco andar, la radiestesia fue reconocida formalmente en Europa, por los ejércitos de la Primera Guerra Mundial, para localizar minas. De hecho, es común que las empresas mineras y petroleras contraten radiestesistas para detectar yacimientos. Asimismo, la policía de varias ciudades del mundo, recurren a estos servicios para encontrar personas secuestradas y desaparecidas, así como delincuentes y objetos robados.

A su vez, numerosos médicos usan el péndulo para diagnosticar enfermedades, determinar terapias y medicamentos.

En realidad el campo de aplicación de la radiestesia es muy amplio. Por ejemplo, si una persona duerme mal o amanece adolorido sin motivo, se podría explicar con radiestesia, la cual determinaría si existe alguna falla geológica debajo de la casa o una corriente de agua que pasa por el subsuelo. Éstas podrían ser responsables de las emanaciones energéticas que causan los problemas. Si fuera efectivo el diagnóstico, el individuo podría cambiar su cama de posición o trasladarse a otra pieza. También la radiestesia detecta radiaciones eléctricas –de torres de alta tensión- que producen daño a la salud.

Herramientas radiestésicas
Los instrumentos que se emplean comúnmente para practicar la radiestesia se pueden agrupar en cuatro tipos: péndulos, antenas dinámicas o varillas giratorias, varillas rígidas e instrumentos electrónicos para detección.

El péndulo es lo más común, pues después de un entrenamiento adecuado para su manejo, funcionan sin importar sus características físicas.

A pesar de la opinión de diversos especialistas, éstos pueden ser construidos de cualquier material, de muchas formas, de diferentes pesos y colores. La longitud del cordel o la cadena dependerá de que el radiestesista se sienta a gusto.

La punta en el extremo inferior del péndulo es necesaria sólo cuando se requiere hacer mediciones muy precisas, pues ésta facilita la lectura sobre las escalas de medición.

También existen péndulos con un recipiente interior, donde se deposita una muestra del material a buscar, el cual sirve como testigo para obtener información adicional. Puede ser una gota de agua, un pedazo de oro, de plata o  de mineral, un trozo de planta, etc. En el caso que se requiera buscar a una persona, por ejemplo, se debe poner dentro del péndulo un testigo de ella, es decir, una foto, pelo o un papel con su firma.

Las varillas de radiestesia, por su parte, se usan para detección de agua, objetos perdidos, entre otros, en terrenos, casas y edificios. También se han utilizado exitosamente para detectar petróleo y minerales para extracción.

Una aplicación particularmente útil es definir la ubicación de radiaciones nocivas y geopatías en casas y negocios. También se usan para detectar bloqueos energéticos en personas.

Screening de chakras
A partir de las experiencias del catedrático Konstantin Korotkov y su método GDV dado a conocer en 1996 en la Universidad de Alma Ata, Rusia, ha quedado demostrado científicamente que las distintas terapias vibracionales producen, en efecto, cambios beneficiosos en el sistema energético de los pacientes y que es la base de toda nuestra fisiología y equilibrio psicológico.

Es importante mencionar que los seres humanos nacemos con nuestros centros energéticos o chakras totalmente abiertos, condición que se mantiene durante los primeros años de vida. Hacia el inicio de la etapa escolar, es frecuente observar una disminución de esta apertura que llega, en términos generales, al 80 por ciento. En la adolescencia, es común que los estudiantes secundarios y universitarios los mantengan en un 60 por ciento, para llegar a los 35 años casi a un tercio de su actividad inicial.

De esta forma, la radiestesia permite conocer el estado de apertura de cada uno de los chakras, lo que se denomina screening radiestésico. Hoy, está demostrado que esta disciplina es un método eficaz que permite a los pacientes conocer, al inicio de la terapia o fuera de ella, el estado de su sistema energético, y posteriormente, el avance en el uso de terapias vibracionales u otras.

Al mismo tiempo, los terapeutas pueden saber el avance de sus consultantes y, por otro lado, poner en evidencia la capacidad del terapeuta en su técnica de transferencia energética, ya que sus propios chakras deberían estar cercanos al 100 por ciento del nivel de apertura.

Los individuos sanos podrán conocer el estado de apertura de sus centros energéticos de acuerdo a sus homólogos de grupo etario y, con ello, adoptar  las medidas correctivas pertinentes. No hay que olvidar que la técnica permite poner en evidencia, eventuales alteraciones en el orden de lo fisiológico y psicológico, antes de que éstas ocurran efectivamente. Asimismo, quienes realizan cursos para activar sus chakras, el screening de los centros energéticos les permitirá conocer el estado inicial del nivel de apertura de los mismos y, luego, evidenciar la eficacia de la técnica aprendida.

Radiestesia & esencias florales
La ciencia es muy rigurosa al momento de referirse a los diversos métodos de curación que utilizan la energía, pues exige una representación visible y verificable. Un paso muy prometedor, fue el proceso Colorplate (placa cromática) presentado en 1984 por el ingeniero alemán Dieter Knapp. Este aporte vino a perfeccionar el método Kirlian de fotografía, mediante el cual se obtuvieron las fotos que mostraban un tipo de radiación bioenergética de cada una de las Flores de Bach. Experiencias siguientes, mostraron que una nueva foto de la misma esencia floral sacada de otro lote, daba las mismas características de radiación bioenergética.

Por ejemplo, se ha comprobado que las fotos de las radiaciones de las esencias florales cuyo campo de acción predomina en el ámbito mental, como Scleranthus y White Chestnut, muestran estructuras mucho más marcadas, mientras que las fotos de las flores que actúan más en el ámbito de lo emocional como Pine o Star of Bethlehem, manifiestan estructuras más difusas.

En mi experiencia y, tomando en cuenta las características propias de cada esencia descrita por el doctor Bach, los aportes de Dieter Knapp y el conocimiento radiestésico basado en que todo se traduce finalmente en distintos estados vibratorios, se puede concluir que la radiestesia es una técnica aplicable al uso y determinación de las esencias florales. De hecho, ya es una práctica particularmente extendida.

La técnica radiestésica permite determinar cuáles son, en último término, las esencias que, a modo de llaves perfectas,  son capaces de abrir la puerta hacia la estabilidad emocional y el equilibrio energético.

De este modo, la radiestesia ofrece una mirada profunda, certera y personalizada en dicho campo pues la respuesta terapéutica trasciende los procesos negados, suprimidos o reprimidos, tan propios de nuestra psicología.

*Mario Rivera R. es enfermero universitario, radiestesista e investigador del Campo Energético Humano

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