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Radiestesia del Alma

Conocida y usada desde el principio de la humanidad, la radiestesia favorece el desarrollo de la intuición, la concentración y la motivación, además de ser una herramienta para encontrar los lugares más favorables para vivir, estudiar, meditar, trabajar, diagnosticar una enfermedad y encontrar la terapia o alimentación más acertada.

El hombre es un torbellino de electrones, vulnerable a la luz, a los campos magnéticos, a la electricidad estática y a las fuerzas extraterrestres. Su cerebro reacciona ante un océano de radiaciones y mediante esas reacciones ordena todas sus funciones. Se trata de un campo energético que se desplaza dentro de un sistema de energías todavía más vasto e inestable. ¿Dónde están las fronteras del hombre?.

Cuando el tantrismo dice: “Lo que está aquí, está en todas partes. Lo que no está aquí, no se halla en ningún lugar”, no se trata de un juego de palabras. Es cierto la afirmación poética que cuando se corta una flor, tiembla una estrella. Bajo esta perspectiva de interpenetración, de universalidad de independencia, la medicina clásica queda un poco fuera de lugar. Estamos rodeados e interpenetrados por innumerables radiaciones y fuerzas de diversas magnitudes que actúan sobre nuestros sistemas físicos, síquicos y emocional, desarmonizándolos o equilibrándolos.

 

Las tormentas solares que desde hace tiempo son frecuentes, afectan irradiando permanentemente las placas teutónicas donde se reflejan distintos rayos provocando un aumento de tensión en los centros geopáticos (lugares de fuerte radiación telúrica y que provocan diversas enfermedades). En las ciudades estos centros energéticos se ven potenciados por ondas de polución eléctrica de torres de tensión, antenas de telecomunicaciones, equipos electrónicos, teléfonos y cocinas de microondas, además de la influencia de la geometría de las formas de las que el feng-shui nos alerta.

Todo es una bomba de tiempo según lo consciente que estemos y si no dejamos de estar anestesiados a lo que nos rodea, creyendo que lo que nos ocurre es porque Dios o el Universo lo ha decidido así.

El radiestesista opera con su sensibilidad y la ayuda de sus instrumentos para captar dichas energías y su proveniencia, ya sea de fuentes telúrica (ondas nocivas provenientes del interior de la tierra), fuentes artificiales creadas por el hombre: electricidad y electrónica (campos electromagnéticos), radiaciones de los campos de formas y ondas nocivas que fluyen voluntaria o inconsciente desde otras personas hacia nosotros, ya sea por pensamientos-forma y sentimientos, que van tejiendo una trama poco a poco en nuestros cuerpos sutiles y el aura tornando nuestra vida y humanidad dependiente de dichas fuerzas y nuestros proyectos y destino quedan transformados en una serie de eventos cada vez más frustrantes, lejos del destino original otorgado por La Creación a nuestra alma.

El geobiólogo es un experto que conoce todas las radiaciones nocivas que inciden en el hábitat humano y a la vez colabora con el arquitecto y el ingeniero para su construcción, logra la mejor “curación de la vivienda” neutralizando las ondas nocivas y derivando las vitales para su mejor utilización. Su importancia social irá creciendo a medida que el público sea consciente de esta polución invisible, de la variedad de sus fuentes y de su modo de acción.

Por gracia divina existen elementos y métodos que yo llamo alquimia energética que transforman ondas nocivas en vitales ya sea para el hombre, animales o vegetales. En estas circunstancias entra a la vida el Kabash, conocimiento y prácticas del antiguo Egipto, originario de la kabala hebrea. Su aplicación en el desequilibrio de nuestra aura y cuerpo biológico, además de conducir al alma en su destino, potencia nuestra vida hacia La Realidad manifiesta en las distintas dimensiones creadas.

En realidad Dios nos ha dado todos los cuerpos e instrumentos para captar todas las energías que nos dañan o benefician, pero el hombre, en su afán cientificista, se ha cerrado al conocimiento verdadero y ha mutilado su conexión con lo sutil. Asimismo el alma conectada directamente al aura, vibra como un instrumento radiestésico interno y con el aprendizaje correcto nos guía en la vida atrayendo las personas y situaciones que nos serán más prósperas. El Corazón se abre a un sentir cada vez más profundo y el amor ocurre despejando todo lo que no es útil a nuestra vida. ¿Nos animamos?.

En Capilla del Monte, en la naturaleza de las montañas, lugar donde resido, se aprende a reconocer las energías invisibles que nos rodean con mayor facilidad y esa práctica que la realizo junto con mis alumnos, nos ayuda a conectarnos con nuestra naturaleza interior.

Fuente: www.asesorianutricional.com.ar

Fuente bibliográficas: Jorge R. Belloc – Geobiologo

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