LA DESOBEDIENCIA CIVIL: El mahatma Gandhi indignado con las medidas represivas y contra la libertad de prensa impuestas por el imperio británico, se presentó entonces ante el gobernador inglés, le devolvió las condecoraciones que había obtenido por los servicios prestados a Inglaterra durante la guerra, e incitó a su pueblo a la «desobediencia civil» (1920), campaña consistente en la «no cooperación» (satyaagraha) y en el «boicot» a las mercancías y empresas británicas (hartal). Los nacionalistas más exacerbados prefirieron usar la fuerza y estallaron tumultos.
Gandhi, falsamente acusado de haber tomado parte en estas acciones violentas, fue detenido y procesado (1922.Durante el proceso, que podía costarle la pena de muerte, demostró su gran bondad, tomando a su cargo la responsabilidad de los desórdenes, a fin de que otros no fuesen castigados. Fue condenado a seis años de cárcel.
Los jueces, que lo respetaban, le comunicaron la sentencia deshaciéndose en excusas; a ellos el mahatma Gandhi respondió: «Me siento feliz. Amo la tranquilidad y ahora tengo la posibilidad de dedicarme a estudios que me vería obligado a abandonar fuera de la cárcel».
Recobrada la libertad a los dos años, volvió a tener contacto con su pueblo por medio de un diario fundado y dirigido por él: «La joven India», y de un semanario. Frente a la intransigencia inglesa, se agravó el descontento popular. Entonces Gandhi proclamó la segunda campaña de «desobediencia civil» hacia los británicos (1930).
Los ingleses se convencieron, finalmente, de que para hacer cesar la «desobediencia civil» no bastaba encarcelar al inspirador, sino que antes bien era menester conceder a los hindúes la debida participación en la vida política del país.
El mahatma fue excarcelado y escuchado en la «Conferencia de la Mesa Redonda» celebrada en Londres, en 1935, en la cual se convino que la India se organizara en federación y el pueblo participara en las elecciones para la Asamblea legislativa. En 1937, en 7 provincias sobre 11, la mayoría correspondió al partido de Gandhi.
Su lucha por la liberación de la India se fundamentó en este derecho a la resistencia, que adquirió forma colectiva, pública y pacífica. cuando los miembros del Partido del Congreso eran arrestados, no reconocían el derecho de los tribunales ingleses a juzgarlos.
El movimiento de no-colaboración con las autoridades británicas, incluía la renuncia a sus cargos por parte de los funcionarios indios. Otros ejemplos históricos de acciones de desobediencia o resistencia a la ley, pueden ser el no cumplir la obligación de prestar el servicio militar, desertar en circunstancias excepcionales (como ocurrió con los jóvenes: norteamericanos durante la guerra de Vietnam), o, en el caso de los negros en EE.UU., sentarse en un lo:± público prohibido para la gente de color.
La no-violencia El movimiento de no violencia iniciado por Gandhi tiene un doble significado, por un lado la renuncia al use la fuerza y por el otro, la disposición a asumir sacrificios para ‘sufrir la ofensa” (ayunos prolongados, la prisión)
En la concepción gandhiana los sufrimientos a los que se somete por la propia causa —el autosacrificio y la topurificación— forman parte de la esencia de la no-violencia. El líder indio postulaba la conquista del adversario a través del sufrimiento en la propia persona, con el propósito de bloquear la reacción violenta del opositor y conducir el conflicto a una solución negociada.
La resistencia pasiva tenía fundamentos religiosos. Durante el proceso de liberación de la India fueron utilizados diversos métodos de lucha no violenta: las huelgas, el boicot, las manifestaciones, los sabotajes, los ayunos y las oraciones masivas en los templos.
HISTORIA DE LA INDEPENDENCIA DE LA INDIA Independencia de la India La segunda campaña en el proceso de la independencia de la India culminó en 1935, cuando el gobierno británico aceptó expedir la Ley del Gobierno de la India que constituía un paso hacia la autonomía de ese país; a partir de entonces, tanto hindúes como musulmanes intensificaron las luchas nacionalistas y se organizaron asociaciones políticas.
Por un lado el Partido del Congreso que representaba al nacionalismo hindú encabezado por Jawaharlal Nehru y era alentado por la resistencia civil de Gandhi; y por otro lado la Liga Musulmana de la India, dirigida por Ali Jinnah, que constituía la expresión del nacionalismo del sector musulmán interesado en lograr la independencia para crear una nación propia, el Pakistán, dividiendo el territorio de la India.
Al comenzar la Segunda Guerra Mundial, el virrey británico en este país declaró la guerra a Alemania en nombre de la India, de acuerdo con la Constitución de 1937, aunque sin consultar a los dirigentes indios. Esto ocasionó que grupos influyentes dentro del Congreso, seguidores de Gandhi, intensificaran la campaña por la independencia a cambio de la cooperación de la India en la guerra.
Las negociaciones se extendieron durante cuatro años y en 1942 el gobierno británico envió a la India un representante con propuestas orientadas a satisfacer las demandas nacionalistas. Esos ofrecimientos contenían la promesa de otorgar la independencia completa para la India al terminar la guerra, pero al mismo tiempo demandaban se estableciera un gobierno indio interino que se hiciera responsable de todos los aspectos administrativos, con excepción de la defensa nacional y los asuntos exteriores. Mas la misión británica terminó en fracaso porque tanto el Congreso Nacional Indio como la Liga Musulmana se oponían a algunas de las propuestas. El movimiento de desobediencia civil se reanudó en agosto de 1942 y motivó una dura represión por parte de Inglaterra. Gandhi, Nehru y miles de sus seguidores fueron acorralados y encarcelados y el Congreso Nacional Indio se decretó fuera de la ley.
Al finalizar el conflicto mundial, el gobierno laborista de Clement Atlee preparó un plan de independencia y partición de la India que, de acuerdo con hindúes y musulmanes, fue puesto en práctica por el último virrey británico en el país, lord Mountbatten. De esta forma, tras unos difíciles y tensos momentos, en agosto de 1947, la India dejaba de estar bajo soberanía británica para dar paso a la formación de los dos Estados independientes de India y Pakistán, cuya partición obedeció a criterios religiosos.
Los primeros años posteriores a ese momento histórico, India y Pakistán dieron comienzo a su historia independiente enfrentando graves conflictos políticos y sociales ocasionados por el reparto de territorios, y ambos países llegaron a la lucha armada en varias ocasiones. La India estableció una nueva Constitución y proclamó la República en 1950, pero se mantuvo dentro de la Commonwealth. La Asamblea Constituyente asignó la responsabilidad ejecutiva a un consejo de ministros, con Nehru como primer ministro, en tanto que Mountbatten quedaba como gobernador general del nuevo país.
Al constituirse Pakistán como Estado soberano quedó dividido en dos regiones: Oriente y Occidente. El primer gobierno independiente estuvo encabezado por el primer ministro Liaqat Ali Khan. Ali Jinnah fue el gobernador general hasta su muerte en 1948. Desde 1947 hasta 1951 el país tuvo una época de verdadera inestabilidad: en 1956 se constituye en república alternándose dictaduras militares y gobiernos civiles. Después de una guerra civil, en marzo de 1971 el Pakistán Oriental se separa y se proclama independiente como República de Bangladesh.
GANDHI Y LA RESISTENCIA PACIFICA: A raíz de un impuesto abusivo que puso en vigencia el Imperio, Gandhi salió de su retiro y comenzó una nueva campaña de resistencia pacífica, o satyagraha, la que se desarrolló desde Bardoli. La represión no se dejó esperar, pero esta vez la matanza fue a la inversa, pues una poblada dio muerte a veinte policías, los que habían pretendido suspender una procesión.
Al contrario de lo que hacían las cúpulas dirigentes, Gandhi no utilizaba en favor de sus metas estos sangrientos sucesos, buscaba obtener un triunfo político de ellos, sino que se retiraba en el momento que la acción pasaba por sobre los medios previstos para alcanzar el objetivo, desalentado ante el horror que le provocaba la violencia.
En marzo de 1922, luego del éxito obtenido en otra demostración de resistencia pacífica, al conseguir un ausentismo generalizado de sus connacionales en las entidades administrativas y judiciales, en las universidades y en las escuelas, Gandhi fue a prisión.
El mismo se presentó ante el magistrado inglés y se declaró culpable, expresando : «El gobierno reposa sobre la explotación de las masas. La ley está hecha para favorecer esta explotación. La administración de la ley está prostituida al servicio de los explotadores. Un sistema sutil y eficaz de terrorismo ha envilecido al pueblo. La India está arruinada, hambrienta, degradada… Ninguno de los gobiernos que la han oprimido le ha hecho tanto mal como Inglaterra. La no cooperación con el crimen es un deber. ¡Señor Juez, esto debe terminar, dimitid o castigadme!».
Gandhi fue condenado a seis años de prisión. Al término del juicio el acusado y el juez intercambiaron mutuas reverencias, gestos que podían interpretarse como que obedecían a un eventual reconocí miento de los valores de la justicia colonial; que era una subordinación moral de los británicos al poder de la oposición no violenta; o que era como un juego en que la pena resultaba algo definitivamente superfluo ante el asunto concreto.
El Mahatma, pues ya era llamado así por el pueblo, salió de la prisión al cumplirse dos años de la pena a que había sido condenado, ante la presión que significó para el gobierno colonial el que millares de indios quisieran ingresar a las cárceles para sufrir la pena que le había sido impuesta al mestro.
Ya en libertad, el Mahatma se encontró con un pueblo dividido políticamente por razones religiosas y con una Liga musulmana en auge, la que estimulada por los mismos británicos, insistía en la formación de un estado propio, separado de la India. Gandhi tornó a su ostracismo, retirándose a Sabamarti, donde era visitado por gran número de extranjeros interesados en su filosofía, por los intocables que concurrían como en romería y, en ocasiones, por los dirigentes de los partidos.
1927 y ante la intención del gobierno colonial de formar una Comisión, la que se encargaría de estudiar el futuro constitucional de la India, cuyos integrantes habían sido designados por ellos mismos, Gandhi volvió a poner en práctica un Hartal, el que fue seguido de una Satyagraha, la que tomó como pretexto una típica forma de la dominación económica: el impuesto sobre la sal, que afectaba brutalmente a las capas más pobres de la población.
Seguido por millares de personas, el maestro marchó hacia el mar, y una vez que llegaron a las playas, tomó cada uno un puñado de sal como gesto liberador. A continuación una verdadera marea se apoderó del pueblo: se produjo sal en las costas y se dejó secar en los tejados, amontonándose luego en las calles. La intención del gobierno fue cortar drásticamente con el problema, pero, por vez primera, los soldados indios que servían en el ejército inglés, se negaron a disparar sobre la multitud. Fueron arrestados más de sesenta mil integrantes del Congreso, el partido de Gandhi, pero el movimiento no cejó. Más de dos mil voluntarios planearon la toma de una fábrica de sal, siendo recibidos a golpes, muriendo muchos de ellos en la acción.
La situación se volvió insostenible para Gran Bretaña, la que optó en 1931 por llamar a conversaciones y a negociar la futura independencia de la India, en lo que se llamó Mesa Redonda, efectuada en Londres, en la que se suponía estaban representadas todas las fuerzas de la colonia. El intento estaba condenado al fracaso, pues lo que el pueblo indio quería era la liberación y no una entrega condicionada del poder.
Fuente: historiaybiografias.com