Terapias sistémicas: Sanar energías familiares
Como consecuencia de problemas heredados de nuestros antepasados y/o de situaciones no resueltas con el entorno cercano, enfrentamos dificultades que carecen de explicación, al menos a simple vista. La Ancestrología y las Constelaciones Familiares, en esta línea, apuestan a una fusión de perdón y amor profundamente sanadora.
Fuente : http://www.revistasomos.cl/
Por Carolina Montiel Iglesias
Muchas veces, sin siquiera sospecharlo, arrastramos virtudes, defectos y experiencias –ya sean dulces o dolorosas- de nuestros ancestros. Conectarnos con ellos puede ser una vía para romper patrones que, de cierta forma, nos determinan y nos dañan.
Observar el rol que ocupamos en la familia y los factores que influyen en su funcionamiento como tal, es un paso para recomponer vínculos rotos y dar potencia a aquellos que aportan al bienestar individual y grupal.
Herencia espiritual
La ancestróloga Gloria Liberman explica que los antepasados integran nuestra vida, compartiendo con nosotros en el presente importantes lazos. Si bien muchos vínculos pueden ser amorosos, otros constituyen la semilla de problemas que escapan a la comprensión racional. La Ancestrología busca repararlos y seguir adelante. Se trata de un proceso de autoconocimiento intenso y liberador.
La apuesta de Hellinger
Bert Hellinger, psicoterapeuta alemán, es considerado el padre de las Constelaciones Familiares y la Terapia Sistémica. Vivió en la Alemania nazi y sufrió la muerte de su hermano. En 1945 fue capturado y encarcelado en un campo aliado de prisioneros de guerra en Bélgica.
Después de escaparse, se hizo sacerdote católico, y estudió filosofía, pedagogía y teología. Desde muy joven vibró con el respeto a la libertad y ello lo llevó a ser misionero en Sudáfrica. Posteriormente, abandonó el clero.
El autor de más de 60 libros traducidos a 25 idiomas logró que hoy su terapia de Constelaciones sea aplicada en diferentes campos; por ejemplo, en psicoterapia, coaching para empresas y orientación pedagógica. La técnica está bastante extendida en su país natal, España, Estados Unidos, México y Argentina. En Chile poco a poco toma vuelo.
“Heredamos ‘genes’ biológicos y espirituales –señala Gloria-. Por eso, parte de las dificultades que atravesaron en sus vidas nuestros padres, abuelos, bisabuelos… nos afectan hoy directamente. Por ejemplo, la repetición de nombres y ocupaciones, los roles femenino y masculino, y los problemas que marcaron a una familia son parte de un sistema”. Esas heridas pueden ser abordadas desde esta perspectiva terapéutica, sin contraindicaciones y como complemento de tratamientos psiquiátricos y psicológicos tradicionales, pues “abre puntos de vista antes ignorados”.
La energía de quienes nos antecedieron nos envuelve e influye. Todos nos hemos sentido perdidos, sin rumbo, en algunas instancias… Hay casos en los que hallar respuestas es una tarea dura. Pues bien, esta técnica aporta herramientas para acceder a la historia del sistema familiar.
Por ejemplo, Gloria comenta que hay un patrón recurrente en los descendientes de inmigrantes, que dejaron historias inconclusas en sus tierras de origen. Sus temas y aflicciones se manifiestan en generaciones posteriores, en personas que se sienten desvinculadas del entorno y que no entienden por qué. La Ancestrología reconecta con los ancestros en pro de la sanación de aspectos que están en el fondo del árbol genealógico y que suelen repetirse en el tiempo.
La técnica mezcla conocimientos de psicomagia, padres trascendentales, constelaciones familiares, chamanismo africano y rituales, entre otros. La unión de saberes busca equilibrar el alma de los sistemas familiares, sus problemas y emociones dolorosas. “Se toma en cuenta a todos los ancestros para decirles: ‘Yo pertenezco a ustedes y ustedes a mí,’ y dejar que la vida siga fluyendo con amor”, asegura Liberman.
La cotidianidad es vertiginosa. Nos saltamos rituales que cierran etapas y que dan paso a otras. Los duelos, en este sentido, son uno de los temas que salen a la luz. “Al hacerlos, se recupera la fuerza debilitada por el dolor y se adopta una actitud diferente. Eso es sanador”, dice la especialista. De hecho, al sanarnos podemos acercarnos más a nuestra esencia “porque muchas veces actuamos inconscientemente ‘como’ o ‘por’ otras personas (por cariño, lealtad, culpa, etc.). Cuando sanamos somos capaces de diferenciar lo propio de lo heredado”, concluye.
La totalidad del universo en nosotros
Sandra Reciné, Jorge Torres y Jorge Ortiz, en momentos personales “clave” de sus vidas, decidieron hacer un espacio en sus ocupaciones profesionales (arquitectura, administración y agronomía, respectivamente) para juntos impartir talleres de Constelaciones Familiares, después de haber cursado dos años y medio de estudios para ser facilitadores en el tema.
Sus sesiones son muy íntimas, pues allí afloran sentimientos y emociones dolorosas. Como reportera tuve la oportunidad de asistir a una de estas instancias reveladoras y de compartir con los participantes la idea de que todos atravesamos procesos similares y que podemos sanar de forma amorosa. Entendí que este método reconoce que hay una transmisión de conflictos y comportamientos a través de varias generaciones, en las familias. Y eso es fuerte y esclarecedor.
En términos generales, los representantes de los miembros de una familia (roles representados por desconocidos que integran el grupo de la sesión) perciben las sensaciones de quienes interpretan. Como espectadora y elegida para esta última tarea -protagonistas y familiares de diversas historias- doy testimonio de que la situación es poderosa y sanadora. También ayuda a delimitar responsabilidades y el lugar que cada uno tiene en un sistema familiar y/o social.
Sandra Reciné explica que las Constelaciones Familiares “son una herramienta creada para resolver temas sistémicos, familiares, laborales, desórdenes físicos y psicológicos, y enfermedades, entre otros. Se trata de una filosofía que permite mirar los problemas desde la totalidad de los sistemas a los que pertenecemos: familia, sociedad, humanidad. Desde esta perspectiva, cuando surgen bloqueos o dificultades se amplía la mirada sobre las causas y las formas de sanarlos”, dice. Esto hace que el amor fluya, pues es su fuerza la que, en definitiva, resuelve los problemas.
La facilitadora cuenta que en lo personal el método le ha dado el profundo y certero conocimiento de que estamos todos unidos, conectados y en sincronía. Y agrega: “Somos parte de un ‘alma mayor’ y muchas veces actuamos sin saberlo”, repitiendo patrones o cuidando lealtades que tampoco nos hacen bien. “Me ha otorgado matices de todo lo que sucede, haciendo que el acontecer sea más claro y trascendente”, refuerza.
Jorge Torres, en tanto, asegura que las Constelaciones “reconocen que en nosotros se encuentra toda la información de lo que ha sucedido en la historia de nuestros antepasados: muertes, pérdidas, engaños, infidelidades y otras situaciones. Ésta también se manifiesta en nuestras vidas como dificultades, síntomas difíciles de diagnosticar y enfermedades. Por eso, a través de este trabajo podemos llegar al origen del problema, más allá de su sintomatología”.
“La Ancestrología sana raíces, repara lazos rotos y recupera energía. Transforma la negatividad en amor, y la enfermedad en salud de una manera natural”. (Gloria Liberman)
“He visto cómo se resuelven problemas de salud, de convivencia e incluso de concepción”, añade al recordar algunos casos. Por ejemplo, uno en que la lealtad a la familia dificultaba que una mujer quedara embarazada. Así, esta disciplina influye en temas de vital importancia. “Es una terapia corta que permite acercarse a las dificultades de manera profunda y oportuna. Y algo muy importante es que cuando traemos a la consciencia algo que estaba oculto, logramos que nuestros hijos no continúen con esta herencia sistémica y queden libres”, sostiene.
Por su parte, Jorge Ortiz detalla que “es un trabajo interior, donde se despliega la verdadera raíz de conflictos que tienen que ver con nuestra historia. Es posible encontrar motivos que no se habían manifestado, dejando finalmente a las personas con una sensación de paz”.
Las Constelaciones requieren pocas sesiones y respetan los destinos y la libertad de cada uno de los representados. Es una disciplina útil en situaciones que no dejan avanzar o que preocupan constantemente. “Motivan desde avances sutiles hasta la resolución total de los conflictos, pues desde el interior aparece información y, con ella, la persona tiene que hacer algún movimiento interno o externo que la acerque a la solución”, remarca.
“Estamos todos unidos, conectados y en sincronía” (Sandra Reciné)
Cuando el consultante “toma lo que ha visto en la Constelación”, los representados (por ejemplo, padres y hermanos) reciben de cierto modo la información desplegada, aunque nadie se las haya contado o estén muy lejos. “Quienes quedan fuera del cuadro como contenedores muchas veces ven en la Constelación de otra persona aspectos muy ligados a su situación. A veces, solo con ver, sienten que no es necesario hacer su ‘propia’ constelación para solucionar su tema”, finaliza.