Dentro de todas las sugerencias para el mejoramiento de la Educación, el psiquiatra Claudio Naranjo, se suma con una visión revolucionaria expresada en su libro “Cambiar la Educación para cambiar el mundo” donde el acento está puesto en la transformación profunda del educador.
Fuente: www.elperiodistaonline.cl
Luis Unzueta de 37 años, profesor de lenguaje, director de un colegio de 300 alumnos en el sur de Chile, después de hacer en 2007 la primera etapa del SAT, el sistema creado por el chileno Claudio Naranjo, experimenta un cambio. “Para mí el colegio era un modo de ganarme la vida y para el cual estaba preparado. Aparte del orden financiero, sólo me interesaban los resultados académicos, dejando de lado la realización personal tanto de alumnos como de profesores. Con el SAT experimenté un shock psicológico, que no sé bien como expresar, pero que cambió la visión que tenía de mí mismo, de mi quehacer y de la Educación. Esta nueva visión la apliqué en el colegio”.
Lo que provocó este shock en Luis fue una secuencia de vivencias estructuradas y dirigidas para obtener un efecto de liberación y de energización en el área física, psicológica, intelectual y espiritual del participante.
Ésta, muy intensa, se desarrolla durante ocho días en un régimen de internado. Se lo conoce como SAT –palabra que significa “ser” y “verdad” en sánscrito, y corresponde a las siglas inglesas de “Buscadores de la Verdad”–, una creación del doctor Naranjo que ha unido técnicas psicológicas existentes con algunas creadas por él, aunadas con prácticas espirituales no religiosas. Existen tres etapas del SAT que se siguen con varios meses o años de intervalo.
La cantidad de elementos que componen los SATs y que interactúan dificultan su descripción y definición. Desde España, Naranjo cuenta a El Periodista: “Yo he tenido
La herramienta para el autoconocimiento y el conocimiento de los demás que se presenta a los asistentes del SAT es la utilización del eneagrama. Este conocimiento psicológico proveniente de antiguas tradiciones de origen cristiano de Asia, ha sido sistematizado y difundido en occidente por Naranjo. En realidad, implica un trabajo arduo que recompensa al que lo emprende. Describe nueve caracteres y las relaciones entre ellos, y cada persona tiene que ubicar cuál es el que le corresponde, pero en forma empírica.
“Cuando volví al colegio después del SAT, me sentía más contento conmigo, más pleno, empecé a disfrutar lo que hacía. Y comencé a introducir cambios. Primero, volví a la universidad, ahora estoy haciendo un post grado en dirección educacional. Luego, con mis profesores: abrí los ojos a su realidad, a la dificultad de su trabajo, al estrés que implica ello. Y les ofrecí un espacio de gratificación y autocuidado a través de la biodanza. Una profesora especial está incorporando la dimensión emocional y corporal al curriculum. Ahora paso más tiempo con mis profesores y con los alumnos. El clima laboral ha cambiado”, dice Unzueta.
Ha sido una cadena de efectos positivos: hubo un acercamiento entre profesores y alumnos, con lo que ha mejorado la relación en la sala de clases y se están abordando mejor los conflictos. Luis concluye: “Estamos trabajando desconectados de lo burocrático. Ya no consideramos a los resultados académicos como un fin en sí, sino como parte de una educación más integradora, en un clima en que profesores, alumnos y apoderados están más contentos, hay más confianza y más vida”.