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Sexo, sexualidad y cultura

Sexo, sexualidad y cultura

La sexualidad humana está muy influida por los diversos contextos socioculturales, que modelan, estructuran y controlan el desarrollo y la expresión de la sexualidad en todos sus miembros. Por tanto, a la hora de analizar la sexualidad, es necesario tener en cuenta el lugar y el significado que la sexualidad ocupa en la vida social de una cultura o sociedad determinada. 
La sexualidad, como muchos otros aspectos de la experiencia humana, se muestra como una realidad muy compleja y diversa. De este modo, a la hora de abordar la sexualidad se deben tener en cuenta dos grandes categorías:
La que hace referencia a la división orgánica entre hombres y mujeres, y a las cualidades que los diferencian.
La que hace referencia al comportamiento erótico y a determinados aspectos físicos o de personalidad, asociados o relacionados con lo erótico.
 

 
No obstante, e independientemente del alcance del término sexo, lo cierto es que la sexualidad siempre adquiere significados adicionales e implica algo más. En este sentido, diversos psicólogos han acotado la sexualidad como una fuerza primaria en la vida de cada individuo. Dicha fuerza es penetrante e integral, implicando diversos procesos fisiológicos y psicológicos. Se trata, por tanto, de un proceso activo, dinámico y orgánico, con una multiplicidad  de variables interrelacionadas y cambiantes. En definitiva, se trata de una dimensión que engloba aspectos como nuestra manera de pensar, sentir y expresarnos acerca de nuestro género, nuestros órganos sexuales, nuestro cuerpo, nuestras imágenes mentales y nuestras elecciones y preferencias. De este modo se hace patente la enorme complejidad de la sexualidad humana, hasta el punto de que puede resultar muy difícil distinguir entre los aspectos sexuales y los no sexuales en la vida de una persona.
 
Por otra parte, la sexualidad humana está muy influida por los diversos contextos socioculturales, que modelan, estructuran y controlan el desarrollo y la expresión de la sexualidad en todos sus miembros. Por tanto, a la hora de analizar la sexualidad, es necesario tener en cuenta el lugar y el significado que la sexualidad ocupa en la vida social de una cultura o sociedad determinada. Diversos estudios procedentes del ámbito de la psicología y de la antropología, y realizados desde una perspectiva transcultural, obtuvieron los siguientes resultados:
 
Las culturas del sexo son extremadamente variables en términos de las ideologías y valores contenidos en ellas, y en las formas en que dichas ideologías y valores se integran en el resto de la cultura de la que forman parte.
La cultura del sexo es uno de los entornos más inmediatos de la sexualidad de los individuos y los grupos.
La cultura del sexo ejerce una influencia importante y continua en las expresiones conductuales de la sexualidad.
En algunas culturas la sexualidad aparece como un componente esencial del ser humano y se asocia a sentimientos de placer y bienestar, por lo que tiende a potenciarse su expresión y desarrollo. Sin embargo, en otras culturas ocurre todo lo contrario, y la sexualidad aparece asociada a sentimientos negativos, o se circunscribe exclusivamente a su función reproductora.
 
De igual modo, las diferentes ideas y significados que tiene el hecho de ser hombre o mujer en diferentes culturas, y de los roles que cada uno ha de desempeñar en ellas, condiciona la forma concreta de vivir la sexualidad de sus miembros. Ahora bien, la forma concreta en que cada cultura o cada sociedad regula y controla la expresión sexual de sus miembros debe buscarse en el tipo de normas concretas que emanan al amparo de las distintas instituciones sociales, tales como los gobiernos, los saberes científicos, la economía, la religión, el matrimonio, etc. En efecto, estas normas en el terreno sexual van a dictaminar los siguientes aspectos:
 
El tipo de conductas que son inapropiadas.
El tipo de conductas que son apropiadas, pero no necesarias o requeridas.
El tipo de conductas que se espera que lleven a cabo los miembros o determinados miembros de la sociedad.
Un aspecto fundamental con referencia al contexto sociocultural y su influencia sobre las conductas sexuales tiene que ver con el hecho de que en cada sociedad y en cada cultura existen formas concretas de sancionar o recompensar a los individuos que siguen las normas establecidas, y por el contrario, formas de castigar a los individuos que se desvían o alejan de tales normas.
 
Por último, hacer referencia a dos visiones contrapuestas sobre el sexo y la sexualidad, pertenecientes ambas a dos ilustres pensadores:
 
 “El sexo es una trampa de la naturaleza para no extinguirse”.
 
Friedrich Nietzsche.
 
 
“La sexualidad no es actividad de medio tiempo. Es una forma de ser”.
 
Alexander Lowen.
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