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Sobre la felicidad

 
5 miradas sobre la felicidad
 

Desde Aristóteles hasta los psicólogos del siglo 21, la felicidad es un tema que ha inquietado al ser humano. ¿Qué la define?, ¿cómo acercarse a ella y conservarla en el tiempo? Desde el budismo, la psicología y la filosofía, cinco especialistas responden.  

Fuente: http://diario.elmercurio.com
 

Mark Epstein, psiquiatra:

El concepto budista del “desinterés”

“Going to pieces without falling apart” (“Hacerse trizas sin desmoronarse”) se llama el libro en que el destacado psiquiatra neoyorquino Mark Epstein trata el tema de la felicidad.

Budista hace varias décadas, este especialista en salud mental tiene la particularidad de tratar a sus pacientes desde su perspectiva religiosa, enfocándose en el concepto del ser “desinteresado” (selfless en inglés), pero en un sentido positivo de olvidarse y entregarse a los demás.

-El budismo dice que existe un tipo de felicidad distinto al que pensamos generalmente y que deriva de los eventos placenteros y sensuales. Es la felicidad que viene del dar a los demás. Se asemeja a la felicidad de una madre que no piensa en sus propios sacrificios cuando se da a sus hijos. Puede ser infeliz en muchos aspectos, pero de manera general es feliz porque sus hijos están bien cuidados -explica el especialista desde Nueva York.

Una manera de ser feliz de manera más sustentable, dice Epstein, es tratando de desarrollar el desinterés, tratando de ser “selfless” (desinteresado).

-El selflessness (desinterés) implica que la manera en que nos percibimos normalmente -como separados, solos, amenazados (a veces), aislados, en competencia con los demás- es sesgada. Nos vemos a nosotros mismos como más reales de lo que somos realmente, como más materiales de lo que somos, porque la verdad es que somos mucho más misteriosos de lo que creemos. Por eso, somos más felices si no nos tomamos tan en serio.

Conseguir eso, explica Epstein, permite librarse de lo que el llama nuestras “adicciones”, es decir, “nuestros intentos de ser feliz que nos hacen infelices”.

-Las adicciones parten cuando uno intenta autogratificarse. La comida, el alcohol, las drogas, el sexo, darse pena, son maneras de reconfortarse y funcionan al principio. Pero luego nos acostumbramos al resultado y queremos más y más para sentirnos como nos hacían sentir esas cosas al comienzo. Ése es el punto de partida de una adicción. La comprensión budista del “selflessness”(desinterés) es de gran ayuda para la gente cuando logra alcanzarlo. Los alivia mucho.

Carl Honoré, creador del “Slow movement”:
No vivir con el “virus del apuro”

La vida del periodista británico Carl Honoré se había convertido en una verdadera carrera contra el tiempo.

Había llegado al punto de querer comprar una colección de cuentos para niños que se leen en sólo un minuto.

-Y de repente me di cuenta: mi adicción a la velocidad se me había salido tanto de las manos que estaba dispuesto a acelerar el momento más valioso que podía tener con mis hijos al final del día. Y pensé: “Tiene que haber una mejor manera de hacer las cosas” -cuenta hoy desde Londres, cuando ya se ha convertido en el mejor representante del “Slow movement” (movimiento por la lentitud) con la publicación de dos libros best sellers: “In Praise of Slow: Challenging the Cult of Speed” (2004) y “Under Pressure: Rescuing Our Children From The Culture Of Hyper-Parenting” (2008).

Una de las razones por la que muchas personas no se sienten felices hoy, dice Honoré, es que “han sido infectadas por el virus del apuro”.

-Tratamos permanentemente de hacer caber más y más cosas en menos y menos tiempo, lo que nos lleva a poner la cantidad antes que la calidad. En otras palabras, estamos corriendo a través de nuestras vidas en vez de vivirlas realmente -dice.

La gente, asegura, tiende a tratar la felicidad como un “commodity” o un proyecto, algo para lo que se invierte tiempo, dinero y energía en adquirir. Pero, para Honoré, la felicidad no es un fin en sí mismo.

-No se puede comprar en una tienda ni bajar de un sitio web. La verdadera felicidad viene con el vivir una buena vida.

Para lograrlo, el periodista recomienda buscar un camino propio hacia la felicidad, rodeándose de personas que estimulan nuestras mentes y levantan el ánimo, llenando nuestras agendas de actividades que les dan sentido a nuestras vidas y convirtiendo cada día en una aventura.

-El secreto es no hacer un checklist de trucos y técnicas. El secreto es vivir una vida plena. Paradójicamente, el primer paso hacia la felicidad es dejar de buscar ser feliz. Comiencen a vivir de verdad y dejen que la felicidad ocurra por sí misma.

Catherine Birndorf, psiquiatra:Desde las emociones

Como psiquiatra experta en mujeres, la doctora Catherine Birndorf han tenido la oportunidad de escuchar, en su consulta de Nueva York, a muchas de ellas quejarse de las pequeñas imperfecciones de la vida.

-Algunas mujeres no se sienten del todo bien con ellas mismas aunque piensen tener una vida increíble. Se preguntan por qué no son más felices; me dicen “no tengo nada de qué quejarme, soy afortunada, pero no me siento así” o “¿por qué no logro disfrutar más de la vida?”. Y no son mujeres con depresión -dice la doctora.
Quiso investigar por qué y brindarles ayuda. Por eso, junto a la periodista Lucy Danziger escribió y publicó en marzo pasado “The Nine Rooms of Happiness: Loving Yourself, Finding Your Purpose, and Getting Over Life’s Little Imperfections” (Las nueve habitaciones de la felicidad: quererse a sí misma, encontrar su propósito y superar las pequeñas imperfecciones de la vida).

Según Birndorf, uno de los principales errores que cometen las mujeres es pensar que la felicidad puede ser un estado permanente.

-Yo creo que la felicidad es algo que uno puede sentir de vez en cuando, no siempre. Entonces, pensar que algo está mal con uno mismo porque no es constantemente feliz es no ser realista -dice esta psiquiatra, quien también es directora y fundadora del Wayne Whitney Women’s Program en el New York-Presbyterian Hospital/Weill Cornell Medical Center.

En el libro, la doctora identificó nueve habitaciones, que son metáforas de las distintas áreas emocionales de la mujer: por ejemplo, el living representa nuestra vida social; el dormitorio, nuestra intimidad; el sótano, nuestro inconsciente, y el baño, el lugar donde tratamos los temas de salud e imagen. A través de esa metáfora, la autora ayuda a las lectoras a revisar los distintos aspectos de su vida y no dejar que las insatisfacciones en ciertas áreas empañen todo el resto.

-Una vez identificado el problema en esas habitaciones, les entregamos estrategias muy simples para solucionarlo. Un paso consiste en hacerlas darse cuenta de que podemos tener sentimientos muy encontrados hacia una persona y que está bien. Uno puede querer al marido o a una amiga, pero estar enojada. Y eso les permite aceptar más el conflicto y resolverlo mejor.

Otra estrategia para lidiar mejor con lo que conforma las insatisfacciones que suelen abrumar a las mujeres consiste en tomar conciencia de que cada relación es una ecuación que se puede cambiar.

-Mucha gente cree que si se lleva mal con su madre, siempre va a ser así. Pero la verdad es que si uno cambia su manera de pensar sobre ella o reflexiona sobre el tipo de relación que tienen y sus propias reacciones, es probable que la relación cambie. Solucionar esas pequeñas cosas nos hace más felices. La idea es que la gente valore los momentos buenos, los maximice y trate de multiplicarlos.

Sonja Lyubomirsky, psicóloga:Estrategias desde la ciencia

Es una de las personas que más ha investigado el tema de la felicidad en Estados Unidos. Y lo ha hecho de manera científica. Psicóloga titulada por la Universidad de Harvard con un doctorado de Stanford y autora de “La ciencia de la felicidad”, Sonja Lyubomirsky explica que ésta tiene dos componentes.

-El primero es un sentido de satisfacción en la vida, es decir, tener la sensación de que uno va progresando hacia sus metas. El segundo es la experiencia frecuente de emociones positivas (como la alegría, el orgullo, la curiosidad, el afecto) y menos frecuente de emociones negativas. Se necesitan ambos componentes para ser realmente feliz -asegura, desde la Universidad de California en Riverside, donde enseña e investiga.

Según Lyubomirsky, la felicidad es en parte determinada por la genética. Explica que cada vez más estudios empíricos hechos con gemelos indican que cada persona nace con lo que llama un “set point” de felicidad, es decir, un potencial de bienestar al que siempre vuelve, ya sea después de un momento duro o de un gran triunfo.
-El set point de felicidad es muy similar al set point del peso. Algunas personas tienen la suerte de tener una disposición a la delgadez. Aunque no se esfuercen para ello, mantienen su peso fácilmente. Otros, en cambio, tienen que ponerle mucho empeño, y si no lo hacen, engordan altiro. De la misma manera, algunas personas tienen un set point de felicidad más alto, un mayor potencial de bienestar. No tienen que esforzarse, simplemente son felices.

Las circunstancias de vida también tienen una influencia sobre nuestro bienestar, pero ésta es pequeña. Esos dos elementos, sin embargo, no impiden que tengamos el poder de cambiar hasta el 40% de nuestra felicidad. Para ayudar a conseguirlo, Lyubomirsky desarrolló una estrategia que se funda en doce puntos y que incluyó en su libro.

1- Cuente sus bendiciones: exprese gratitud por lo que tiene.

2- Cultive el optimismo: tenga un diario de vida en el que imagina el mejor futuro posible que pueda tener. Trate de verle el lado positivo a cada situación.

3- Evite pensar demasiado y compararse con otros: trate de distraerse cuando empieza a hacerlo.

4- Practique el arte de la amabilidad: Haga cosas buenas para los demás.

5- Nutra sus relaciones: elija un vínculo que necesita estrecharse e invierta tiempo en sanarlo, consolidarlo y disfrutarlo.

6- Haga más actividades que la involucren de verdad: Pueden ser experiencias en la casa o la oficina que sean desafiantes y absorbentes y le permitan “perder de vista” su propia persona.

7- Rememore y saboree las alegrías de la vida: Hágalo deteniéndose en esos momentos y luego reviviéndolos, compartiéndolos con otros, escribiendo sobre ellos, pintando o simplemente pensando.

8- Comprométase con sus metas: elija dos o tres que sean particularmente significativas para usted y dedíqueles tiempo y esfuerzo.

9- Desarrolle estrategias de adaptación: practique maneras de enfrentar y superar el estrés, un trauma o momento difícil.

10- Aprenda a perdonar: Escriba un diario de vida o una carta en la que pueda deshacerse de la rabia o el resentimiento hacia quienes la han dañado.

11- Practique la religión y espiritualidad: Participando más en su lugar de culto o leyendo libros que la conecten con su espiritualidad.

12- Cuide su cuerpo: haciendo ejercicio, meditando y riéndose.

Mariano Bartolí, doctor en filosofía:
La felicidad clásica de la virtud

Para los griegos, la idea de la felicidad no podía separarse de un sentimiento de armonía con el orden el mundo.
El monoteísmo religioso, en tanto, instauró la idea de que ésta llegaba después de la muerte. Luego, con la Ilustración surgió nuevamente la idea de que la dicha era posible en la tierra y se consolidó el humanismo del “hombre bueno”. Más tarde, Nietzsche promovió el concepto del gozo de la vida individual, enérgica e intensa.

Desde el inicio de los tiempos, la filosofía se ha dedicado a estudiar la idea de la felicidad. En ese marco histórico, uno de los conceptos más potentes es el de la “felicidad de las virtudes”, desarrollado en primer lugar por filósofos tan influyentes como Aristóteles y Platón.

Mariano Bartolí, doctor en filosofía teorética y práctica por la Universidad de Barcelona, quien a fin de mes dará en Chile un curso intensivo sobre el tema en la Universidad Gabriela Mistral, explica que desde ese punto de vista la felicidad está directamente relacionada con la plenitud de la vida.

-La felicidad es el fin al cual tiende todo hombre. Las diferencias están en aquello en que los hombres hacen consistir la felicidad. La gran reflexión filosófica está precisamente en saber aquello que colma el corazón humano, qué hace el hombre pleno.

La felicidad, dice, tiene que ver con el conocer y el amar algo máximamente amable.

-Ninguno de los bienes terrenales va a saciar completamente el corazón del hombre porque en eso tiene una cierta insaciabilidad. El hombre alcanza su realización cuando se da, cuando vive para algo distinto de sí. Un hombre que no ama y no es amado es muy difícil que se realice-dice Mariano Bartolí.

Desde esa perspectiva, dice el doctor en filosofía, el hombre hoy está más alejado de ese concepto, ya que el mundo actual está dominado por el individualismo.

-Hoy uno se acuerda de los demás cuando le conviene. Por eso creo que la felicidad se encuentra en la medida en que uno centra su vida en otras personas. Lo más parecido a esa felicidad última y plena es la conversación y compañía de la familia, de los amigos, de los seres que uno verdaderamente ama y por los que es amado.

 

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