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Abr 29, 2013
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Terapia hortícola

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Terapia hortícola: una técnica que cura a los enfermos en el jardín

Se practica en hospitales de todo el mundo y consiste en usar la jardinería para mejorar el estado físico y mental de los pacientes. Las investigaciones han demostrado las bondades de esta técnica, conocida desde la antigüedad. 
«Cuando trabajo en el jardín me siento feliz, llena de alegría. El placer de ver crecer cosas es infinito», dice la señora Jean Allor. Esta misma sensación la comparten miles de personas en todo el mundo, quizás sin saber que mientras siembran unas semillas, trasplantan un geranio o podan un almendro están realizando una de las artes curativas más antiguas. Se le llama terapia hortícola y hace relativamente poco tiempo que se ha incluido en las ciencias de la salud. 
 

 
En las últimas dos décadas, una serie de investigaciones han constatado que las plantas y las actividades relacionadas con ellas, si bien son beneficiosas para cualquiera, tienen efectos especialmente destacables en personas con discapacidades físicas y mentales. También se ha visto que ayudan a los pacientes con enfermedades graves a recuperar su independencia, sus habilidades manuales y su calidad de vida. Además, las personas con problemas de comunicación aprenden a expresar sus sentimientos y a entablar relaciones (intercambiando trucos de cultivo, esquejes, etcétera). 
 
En Estados Unidos, la terapia hortícola se enseña en la Universidad desde los años cincuenta, aunque la idea de curar con plantas es mucho más antigua. El doctor Benjamin Rush (1746-1813), al que llaman padre de la psiquiatría americana, declaró en su época que «excavar la tierra con las manos tiene un efecto curativo en los enfermos mentales». Mucho antes, en 1699, Leonard Maeger, autor de El jardinero inglés, dijo que «no hay mejor forma para preservar la salud que pasar el tiempo libre en el jardín». 
 
En 1879 se creó el primer invernadero para personas con enfermedades mentales. Fue construido por un centro psiquiátrico de Estados Unidos, ahora conocido como Friends Hospital. Hoy, cientos de hospitales en todo el mundo utilizan las plantas como un tratamiento complementario. Los terapeutas hortícolas también trabajan en escuelas, correccionales, centros penitenciarios, jardines botánicos públicos, residencias de la tercera edad y centros de rehabilitación, diseñando programas para mejorar el estado físico y mental, adaptados a cualquier edad y condición. 
 
Se han hecho programas para niños cuadripléjicos, para personas de más de 90 años, para víctimas de un accidente cerebrovascular, enfermos de sida, personas estresadas, Una de las cosas que más sorprendió a Kathleen Mason, del Centro George Pearson de rehabilitación para discapacitados físicos (de Canadá) la primera vez que presenció una sesión de terapia hortícola, fue «ver lo activos que están los residentes que participan en el jardín», según declaró a City Farmer. «Ves cómo se estiran, usan sus ojos, sus brazos, sus manos». 
 
En general, los programas consisten en implicar al paciente en todos los aspectos y fases de la jardinería. Algunas veces, incluso participan en la venta del producto como un método para estimular y mejorar la vida del participante. 
 
La elección del tipo de plantas depende del tipo de cliente. Por ejemplo, para los invidentes son especialmente interesantes las olorosas o con texturas. 
 
Hay que tener siempre en cuenta los cuidados que requiere cada especie antes de elegirla. Y, en cuanto a las herramientas para la jardinería, existen diseños en el mercado adaptados a todas las discapacidades. 
 
Según el caso, puede estar indicado el cultivo de plantas pequeñas en macetas o en cestos colgantes, más fáciles de manejar o alcanzar, o la construcción de un jardín vertical, en el caso de que el enfermo tenga que permanecer en cama. Dado que el terapéuta hortícola tiene que especializarse, además de en horticultura y agricultura, en psicología y en ciencias sociales y del comportamiento, está capacitado para ayudar a analizar los problemas de cada enfermo, asistirle en sus limitaciones y diseñar un tipo de actividades que se ajusten a él. 
 
Según la Asociación Americana de Terapia Hortícola , fundada en 1973, las plantas se usan porque «crecen y cambian; responden a los cuidados, y no juzgan; estimulan la participación y los sentidos, y ofrecen esperanzas». 
 
Son capaces de elevar la autoestima, aliviar la depresión, relajar, mejorar las funciones motoras, la concentración, la motivación, la tolerancia al trabajo y la destreza manual de quienes las manipulan.
 
@LEAD:Terapia hortícola. Las labores de jardinería se uilizan para mejorar el estado físico y mental de enfermos @FIRMA:Myriam López Blanco 
 
Myriam López Blanco
Article Categories:
Medicina integrativa
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