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May 7, 2010
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Tercera Edad

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Claves para envejecer bien  
 

Adela Herrera, Geriatra de Clínica Las Condes, asegura que una buena vejez no sólo depende de la salud y el ánimo, sino también del apoyo, la comprensión y el cariño que le brinde la familia al adulto mayor.
 
Fuente: www.clinicalascondes.cl

Berta Goldstein va a cumplir 93 años y todos los días hace abdominales o camina ocho cuadras por los alrededores de su departamento. Completa crucigramas, lleva las cuentas de su casa, escribe versos, pinta cerámica, se junta con sus amigas a tomar té y dos días a la semana se suma a grupos de la tercera edad en el Estadio Israelita con los que hace paseos al aire libre, discute sobre literatura y monta obras teatrales. “Me he mantenido activa, lo he pasado bien y mi salud no está mal”, dice.

Berta, quien enviudó hace 45 años, cree que hay dos razones por las que ha tenido una buena vejez: es muy optimista y su familia la quiere mucho. “Mis hijos, nietos y bisnietos son muy cariñosos. Cuando llego a las reuniones familiares, gritan ‘¡llegó la Bertita!’ y se me tiran encima para besarme y abrazarme.
Siempre me visitan, me llevan a todas partes y cuando estoy de cumple años me organizan fiestas lindas, a las que ninguno falta”, dice.

La familia juega un papel crucial en esta etapa de la vida. Es la principal red de apoyo: es la que ayuda y acompaña a los que envejecen. “La mayoría de los adultos mayores no necesita demasiada participación social, pero sí desea estar integrada a su familia, a la que asigna máxima significación”, explica la médico internista y geriatra Adela Herrera.

“Para los ancianos, enfrentar y aceptar las limitaciones que les va imponiendo la edad, así como compensar las pérdidas –la muerte de sus amigos o jubilarse y dejar de tener un rol social activo– es un reto y el riesgo de fracasar es muy alto. Estos cambios los ponen en una situación de fragilidad tanto física como psicológica, que puede ser amortiguada cuando la familia integra, acompaña, cuida y valora la presencia de sus mayores. La familia es la principal fuente de bienestar en la vejez”, afirma la doctora Herrera.

  Autonomía y dependencia

La autonomía del adulto mayor es fundamental en su relación con la familia. “Que se mantenga vigente lo ayuda a tener la autoestima alta y mejora su relación con los demás”, precisa la doctora.

La familia puede desempeñar un papel estimulador al alentarlo a que haga realidad anhelos pendientes o una vez que jubile y tenga más tiempo libre retome intereses que había dejado de lado, como pintar, hacer gimnasia o aprender algún idioma.

Es difícil para los hijos constatar que a medida en que los padres envejecen se vuelven más dependientes y necesitan asistencia, en ocasiones, incluso para realizar las tareas más simples. La doctora recomienda abordar este tema con los adultos mayores cuando todavía conservan todas sus facultades.
“Es importante discutir con los padres qué desean para el futuro si se vuelven dependientes. No debemos olvidar que el hábitat natural de la persona es su familia. La mejor alternativa para ellos es permanecer en ese entorno. Contratar a una persona que los cuide es una buena idea.

Institucionalizarlos debiera ser la última opción. En un caso así, la decisión debe ser discutida y madurada con el afectado, quien debe comprender de qué se trata, ya que le significará un cambio de vida y a los adultos mayores esos cambios les cuestan”, explica la doctora Herrera.

Berta Goldstein tiene tres hijos y ha tomado con ellos las decisiones para sobrellevar su vejez de la mejor manera.
Hace tres años se cambió desde su antiguo edificio, que sólo tenía escaleras, a un departamento con ascensor. Sus hijos la convencieron de que era indispensable que contara con una enfermera, luego de que se cayó y se lesionó la cadera. “Consideraron que era importante que alguien me cuidara y ellos se encargan de pagarle. Me dijeron: ‘Mamá, usted no se preocupe. Disfrute sus últimos años’”, dice Berta.

  Buenas relaciones

“Cuando hay conflictos pasados que interfieren en la solidaridad, la asistencia y el apoyo emocional de los hijos hacia sus padres o cuando la visión que los más jóvenes tienen de sus padres no es positiva, se dificulta el apoyo abierto y desinteresado hacia los ancianos. En esos casos es imperativo trabajar para reparar las relaciones”, dice la geriatra.

Berta Goldstein cree que el cariño y preocupación que está recibiendo ahora de su gente se debe a que siempre tuvo muy buenas relaciones con ellos. “Dicen que fui buena mamá y abuela. Ayudé a criar a mis nietos y, al igual que con mis hijos, cuando se enfermaban yo estaba ahí, al pie de la cama. O si había que llevarlos a una clase de danza o natación, para allá partía. Estaba disponible para ellos. Yo creo que lo que estoy recibiendo ahora es una vuelta de mano”.

Consejos Vitales   
 • Consultar periódicamente al geriatra, para un chequeo orgánico, funcional, psicológico, social y espiritual del adulto mayor.

• Entrenar la mente: para conservar la autosuficiencia social y el contacto intelectual, se recomienda entrenar la memoria y hacer ejercicios que activen la mente, como leer, memorizar y hacer puzzles.

• Cultivar las relaciones: entre los principales problemas de la vejez están la soledad y el aislamiento, que causan depresión.

• Hacer el proceso interno: como se trata de la última etapa de la vida y la muerte se vuelve más cercana, lo espiritual, mirar atrás, reconciliarse consigo mismo y los otros y aceptar lo vivido ayuda. “Es importante perdonar, perdonarse, amar y ser amado”, dice la doctora.
 

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Desarrollo evolutivo
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