Los dilemas morales no son un asunto simplemente filosófico. Tienen aplicación en la vida diaria y en los grandes acontecimientos de la humanidad, como las guerras, las catástrofes, e incluso simplemente en la ética médica.
Los dilemas morales son situaciones paradójicas en las que se ponen en contradicción los valores. En esos escenarios, no es posible actuar de tal modo que no se cause ningún daño. Lo que hay que evaluar es en cuál de las opciones causa menos daño y/o en cuál de las alternativas se mantiene una mayor coherencia ética.
Uno de los dilemas morales más conocidos es “el dilema del tranvía”. En este, hay un tren que corre a toda velocidad. En su recorrido se encontrará con cinco personas que están atadas a la vía. Sin embargo, es posible accionar un botón para que cambie su recorrido, con la dificultad de que en esa nueva vía hay también una persona atada a la vía.
En este caso, el dilema está en qué hacer. El debate estriba en si es moralmente más válido dejar que el tren siga su curso y que mate a cinco personas o deliberadamente decidir que el sacrificado debe ser quien está atado en la otra vía. Si las cosas siguieran su curso normal, él no moriría. Quien acciona el botón hace que pierda la vida.
A partir de esta situación hipotética, han surgido otra serie de dilemas morales. Los más conocidos son el hombre del tejado, la vía en bucle y el hombre en el jardín. Veamos de qué trata cada uno de ellos.
“No existe coraje sin dilema ni carácter que no esté forjado por las elecciones más aún que por las victorias”.
-Muriel Barbery-
1. El hombre del tejado
El hombre del tejado es uno de los dilemas morales derivados del caso del tranvía. La situación es similar: hay un tranvía que avanza hacia cinco personas que están atadas en la vía. Sin embargo, en este caso la opción que existe es la de lanzar un peso grande frente al tren, para detenerlo antes de que alcance a quienes están atados.
La única posibilidad que existe es un hombre obeso que está al lado de la vía. Si este fuera arrojado al tranvía, podría detenerlo y evitar que las otras cinco personas mueran. ¿Qué se debe hacer? La diferencia en este caso es que hay que realizar una tarea activa para acabar deliberadamente con la vida de una persona.
La ética utilitarista señala que lo determinante es el número de víctimas. Así que bien vale sacrificar una vida a cambio de salvar cinco. La ética humanista señala algo diferente. El hombre que está al lado de la vía está en pleno uso de sus derechos. Uno de ellos es el derecho a la vida y, por lo tanto, a no servir de medio para salvar a otros.
2. La vía en bucle, uno de los dilemas morales
La vía en bucle es una variante similar a la del dilema del tranvía en el marco de los dilemas morales. Lo que sucede en este caso es que hay una vía en bucle, es decir, una vía que hace un trayecto circular: vuelve al punto de partida.
En este caso hay cinco personas atadas a la vía. También se puede accionar el tren para que tome una vía distinta. En esta hay un hombre que está atado. Es voluminoso y podría detener el tren, antes de que haga el trayecto en bucle y alcance a las otras cinco víctimas. ¿Qué hacer?
El dilema clásico del tranvía plantea que solo hay dos caminos: una vía o la otra. Un camino ineluctable o el otro. En el caso del bucle, este dilema tiene una sutil modificación, que implica una decisión más calculada: un hombre es empleado deliberadamente -como obstáculo- como medio para salvar a otros cinco.
3. El hombre en el jardín
El tercero de los dilemas morales relacionados con el dilema del tranvía es el hombre en el jardín. En este caso la situación es igual a la original. La diferencia está en que la única forma de desviar el tren es haciendo que se descarrille. Esto haría que cayera a un precipicio y que fuera a dar a un jardín, donde un hombre descansa en su hamaca.
Esto quiere decir que, si se decide activar la desviación, quien terminaría muriendo es una persona que no tiene nada que ver con la situación y que terminaría siendo víctima de una decisión ajena. En el fondo de todos estos dilemas lo que hay es una contradicción entre hacer el bien a un mayor número de personas o emprender una acción que va en contra de derechos esenciales.
Un estudio llevado a cabo por Guy Kahane, de la Universidad de Oxford (Reino Unido), señala que las personas que no tienen inconveniente en dañar severamente a alguien para salvar a otras personas muestran rasgos antisociales y en su vida diaria son menos escrupulosos para hacer daño a los demás, incluso si esto no es útil.