Viviendo en la vibración del amor
Cuando vivimos en la vibración del amor, nuestra energía resuena en una alta frecuencia, y expresamos las cualidades divinas de la compasión, el perdón, la tolerancia, generosidad, gozo y paz, que nos inspiran, nos dan poder y mejoran la vida. La vibración del amor nos eleva a un estado más alto de conciencia y nos libera de pensamientos, sentimiento y acciones de los cuales podríamos llegar a ser víctimas. Hemos dejado atrás temores neuróticos, culpa, acusación, avaricia, arrogancia y la porfiada necesidad el ego de estar siempre en lo correcto. Las “molestias de espíritu” pierden su poder sobre nosotros. Al estar libres de la carga de negatividad y pensamiento limitado, comenzamos a sentirnos mucho mejor y a irradiar confianza. Nos convertimos en imanes que atraen nuestro bien.
Fuente : http://unity.unityenlinea.org
por la doctora Shirley Marshall
“En este estado del ser, nuestros pensamientos, palabras y acciones salen de nuestro corazón. Proyectamos la alta frecuencia del amor y la luz, y ésta regresa a nosotros.”
Ya a cierta edad, he descubierto por fin que la ley de atracción significa vivir en el plano de la vibración del amor. Ésta no es solamente la ley de atracción, es la ley de la vida. Si queremos que el bien se manifieste para nosotros, debemos comprometernos a sentirnos bien, a ser buenos, a hacer el bien. El bien es Dios expresándose por medio de nosotros.
Cuando vivimos en la vibración del amor, nuestra energía resuena en una alta frecuencia, y expresamos las cualidades divinas de la compasión, el perdón, la tolerancia, generosidad, gozo y paz, que nos inspiran, nos dan poder y mejoran la vida. La vibración del amor nos eleva a un estado más alto de conciencia y nos libera de pensamientos, sentimiento y acciones de los cuales podríamos llegar a ser víctimas. Hemos dejado atrás temores neuróticos, culpa, acusación, avaricia, arrogancia y la porfiada necesidad el ego de estar siempre en lo correcto. Las “molestias de espíritu” pierden su poder sobre nosotros. Al estar libres de la carga de negatividad y pensamiento limitado, comenzamos a sentirnos mucho mejor y a irradiar confianza. Nos convertimos en imanes que atraen nuestro bien.
“Vivir en la vibración del amor” puede ser un concepto fácil de comprender pero podría ser nuestro más difícil reto. Vivir en la vibración del amor significa mantener a nuestro al ego y la personalidad bajo control en lo que se refiere a nuestras relaciones con gente y circunstancias, desde “la alta vigilia”, nuestra alma. Nuestro ego se complace en los dramas de la vida. Invertimos nuestra energía física y emocional en avanzar el ego por medio de la superioridad, la seguridad y la condición social. Nuestra alma es el sabio y e imparcial observador. Experimenta la vida pero la vida no la consume. Reconoce a la vida como el desarrollo de un Plan Divino.
El ser-del-alma confía en que “todas las cosas trabajan juntas para bien”.
Cuando vivimos en las vibraciones del amor, sabemos que todos los aspectos de la vida están conectados y que todos tenemos el potencial, ciertamente, la responsabilidad, de alcanzar plenitud. Hablando más claramente: Conexión significa que cada presencia en este planeta, bien sea humana, animal, vegetal o mineral, es una expresión única de Dios, y que todos somos interdependientes No hay separación … todos somos células del Dios viviente, y lo que afecta a una célula, nos afecta a todos. Por otro lado, la plenitud, significa ser completo como individuo y estar en armonía y equilibrio en todos los niveles del ser: espiritual, mental y corporal. Gozar de plenitud significa volver a juntar y a sanar nuestras piezas fragmentadas, las partes nuestras que se han desconectado del Espíritu. Esa separación se debe frecuentemente a sentimientos de desmerecimiento y dolor del pasado. Viviendo en la vibración del amor nos mantiene fijos en el momento presente, conectados y siendo unos con nosotros mismos y con todo lo que es y existe.
Algunas personas nacen con una alta vibración del amor, y otros tienen la fortuna de crecer en ella. Pero muchos de nosotros tenemos que superar muchos obstáculos para poder experimentarla. La superación es el proceso de transformación personal o el proceso de llegar a estar conectados y completos.
Vivir en la vibración del amor es nuestro derecho de nacimiento y dirige el desarrollo de la pasión de nuestras vidas. Establece la intención de cada día, la agenda para cada interacción, la receta para toda enfermedad y la expectativa para toda circunstancia.
En este estado del ser, nuestros pensamientos, palabras y acciones salen de nuestro corazón. Proyectamos la alta frecuencia del amor y la luz, y ésta regresa a nosotros. Ésta es la ley de atracción, En vista de que la vibración del amor requiere que nuestro ego personal se entregue al ser-del-alma, nos apartamos del camino. Nuestra senda se aclara. Encontramos gente y situaciones que nos inspiran y guían hacia la satisfacción de nuestro potencial y pasión. Estamos en el fluir de vida. Nuestro papel cambia de reactor a cocreador. Sentimos nuevo poder.
Sabes que vives en la vibración del amor porque puedes sentirlo. Se siente como un estado de exaltamiento natural. Es una sensación de conexión, de plenitud, de luminosidad y expansión. La meditación, los milagros naturales, el éxtasis emocional y lugares de belleza asombrosa pueden producirnos sensaciones similares de bendición.
Para continuar viviendo en la vibración del amor se necesita dedicación considerable y buena atención. Es muy fácil regresar al miedo, a las acusaciones o a sentimientos personales de rectitud. Sin importar cuán espirituales pensemos que somos, aun estamos viviendo una experiencia humana de pruebas y tribulaciones, progreso y recaída. Y todo eso es bien. No tenemos que negar o condenar nuestras vulnerabilidades humanas. La meta es ser positivos y dejar que la inteligencia de nuestros corazones nos guíe. Al igual que hacen en Alcohólicos Anónimos, tenemos que vivir un día a la vez. Sirve de ayuda el fijar nuestras intenciones cada mañana durante la meditación, la oración o en la ducha, en lo que sea útil para nosotros. Con la atención puesta en nuestro objetivo, trazamos el curso del día, y podemos fácilmente hacer correcciones cuando nos salimos del camino.
La oración, la meditación, las lecturas inspirativas y el servicio a otros, son todos modos excelentes de atraer contactos, plenitud y amor. Entre otras estrategias se encuentran:
Buscar el bien en todo y en todos.
Traer la verdad a la adversidad.
Estar agradecidos de lo que tenemos.
Tratar toda situación de conflicto con alta espiritualidad.
Crear un espacio sagrado de paz y belleza en el cual renovarnos.
Cuidar de todas las cosas vivientes.
Si la ley de atracción es sobre vivir en la vibración del amor, ¿puede ser también sobre la creación de riqueza y materialismo? Claro que sí, siempre y cuando sea lo que nuestro potencial y pasión manifiesten. El bien de Dios no tiene límites ni condiciones. No es sobre lo que tenemos o lo que no tenemos en el plano físico o el reino material; es sobre cómo vivir. Podemos vivir la vibración del amor como un príncipe o como pobre, como un ejecutivo o como cajero. La riqueza, sin embargo, puede ponernos una trampa y capturarnos, así, pues, se requiere aún más compromiso y atención para mantener el rumbo.
El amor es el elíxir para el gozo y el antídoto para el dolor. El amor enciende el fuego de nuestra pasión. El amor nos lleva de nuestra limitación a nuestro potencial. El amor trasciende el tiempo y el espacio. El amor transmute diferencias y prejuicios. El amor sana. El amor es la vibración del Espíritu, la canción del Universo. El amor es el Alfa y la Omega.
Aprender a vivir en la vibración del amor es la razón por la cual estamos aquí. Es nuestro propósito individual y colectivo. Es el secreto de la vida que se encuentra oculto. Cuando vivimos en la vibración del amor, nos graduamos con honores en esta vida.