Ziley Mora forjó su carrera profesional gracias a la grandeza de la cultura mapuche, a la sabiduría y misticismo de un pueblo indígena que hoy suele ser desconocido por los chilenos, pese a que habitamos la misma tierra. Hoy, gracias al aprendizaje que obtuvo por años, trabaja para transmitir las enseñanzas, rescatar su patrimonio y guiar a las personas en torno a cómo vivir mejor sus vidas, sanarse y conocerse.
En una pequeña casa ubicada en Peñalolén, vive el filósofo y experto en lenguas y cosmovisiones indígenas, Ziley Mora, junto a su pareja, la lingüista Birgit Tuerksch. Con ellos, también vive un gato que se pasea entre los árboles, las flores y los cultivos de tomates y de hierbas medicinales. Este es un entorno privilegiado que va vistiendo este hogar que escapa a las tradicionales casas de Santiago, ya que más bien parece una propiedad del sur, de esas en donde hay olor a madera, a humedad, a comida casera.
En medio de los autos, las bocinas y la contaminación, vive así de forma sencilla esta pareja que se ha dedicado, entre otras cosas, a la Ontoescritura. Este método los llevó a formar hace cinco años la consultora “Escribir para Sanar”, desde donde dictan talleres enfocados a que las personas se descubran y se sanen.
Birgit comenzó este camino en Alemania, mientras que Ziley lo hizo en Chile, luego de que en algunas conversaciones con la Machi Panchita (Francisca Colipe), a quien solía visitar para aprender sobre su cultura, ella le dijera que la palabra mal colocada hace que las personas se enfermen. “Y se mejoran de la misma forma, a través de la palabra, pero bien colocada”, cita Ziley Mora.
Esto lo impresionó tanto, que años más tarde lo llevaría a formar el centro junto a Birgit.
Sin embargo, antes de todo esto, Mora tuvo otro encuentro vital a comienzos de los años 80, que definiría para siempre su carrera profesional. Mientras dictaba una clase de filosofía en Temuco, se comenzó a sentir profundamente incómodo frente a la presencia de una de sus alumnas. Tras terminar la clase, Ziley se acercó y le preguntó si acaso conocía algo del alma, y ella le respondió que sí. “Soy experta en el alma, porque soy mapuche”, recuerda Mora.
Luego se iniciaría una amistad junto con un profundo aprendizaje sobre la cultura mapuche, que iría cautivando cada día más a Ziley. Incluso visitó a la joven, a su madre y a su abuela en su casa, pero sólo cuando los sueños (pewma) de estas mujeres les avisaron que Ziley ya podía ir a la casa.
Ceferina Huaiquifil, madre de su alumna, se transformó con el tiempo en su maestra. Gracias a su naturaleza de vidente, Ziley quedó asombrado en cómo ella le revelaba todo su pasado y presente, enseñándole además cómo reactualizar la cultura mapuche, trabajo que entre otros dio vida al libro Zungun: palabras que brotan de la tierra.
“Nos han vendido el mito de que Occidente es superior, que el sistema de civilización de Occidente es superior a lo nativo de Latinoamérica. ”
¿Cómo nace y qué es la Ontoescritura?
“La Ontoescritura te ayuda a recapitular tus experiencias, tus vivencias. Uno se puede mejorar cuando es capaz de re-significar el mal mensaje que quedó escrito de las experiencias anteriores. Entonces, uno tiene que repasar todo lo que le dijeron o escuchó o se dijo a sí mismo y re-interpretar ese mensaje mal codificado. Así surge el método de la Ontoescritura. Me fui a México a hacer un análisis del discurso personal que uno se hace, del relato que uno se cuenta, porque en la Ontoescritura primero hay que identificar el relato, luego al narrador. Preguntarse quién es el que está diciendo, por ejemplo, fracasé en el amor. El yo del ego herido o la emoción del despecho o el yo superior: tu ser. Luego se cambia al narrador, y hay que preguntarse: ¿qué quiero hacer con este discurso?, ¿qué quiero conseguir?, ¿quiero ser totalmente infeliz?, ¿quiero descalificarme? o ¿por qué me quiero descalificar? Y tras esto, el método enseña a contarse un mejor relato; contarse una mejor narración, más adecuada al ser. Este método trata de purificar el recuerdo, de limpiarlo de la interpretación personal, pero también de cambiar al narrador, porque nosotros somos pésimos guionistas y narradores de nosotros mismos. Con los mismos hechos históricos, sin falsear nada de nuestra historia personal, uno puede hacer un relato mucho más empoderador, mucho mejor. Podemos decir que uno no es lo que vivió, por muy fuerte que haya sido la experiencia vivida, sino que el relato que uno se cuenta de lo que vivió y el modo como uno lo cuenta es la vida. Eso es la vida, el relato de lo que uno cuenta, no lo que vivió”.
Finalmente, ¿es lo que uno decide vivir?
“No es sólo lo que decido vivir. Implícitamente está por qué me lo cuento de este modo. ¡Cuál es el gato encerrado! En México, me pasó que cuando le preguntaba a alguna asistente del taller: “¿cómo es su vida?”, o “¿quién eres tú?”, ella respondía: Una simple dueña de casa. Entonces, yo les decía, imaginemos que nos traes el máximo de documentación de tu vida, historia y genealogía, junto con testimonios de tus compañeros de la básica, videos, fotografías, y todos esos papeles se los pasamos a Gabriel García Márquez. ¿Crees que un García Márquez no haría de este mamotreto de papeles un clásico de todos los tiempos? ¡Más brillante que 100 años de soledad! Sí creería, porque es un gran narrador, respondía ella. Nuestro drama es que tenemos un pésimo narrador que nos traiciona contando la historia de lo que no somos. Es un mecanismo que narra; un impostor”.
¿Este impostor de dónde sale?
“Sale de la parte baja del alma. Sale de la parte más oscura, más animal, menos trabajada del alma, que quiere desconectarse de la parte luminosa”, explica Ziley, ante lo cual Birgit agrega que “también es sociológico, sale de lo cultural también. Lo vimos en México, en Argentina. Es más sociológico el papel que te asignas, por ejemplo cuando piensas cómo es una mujer, cómo tiene que ser como esposa; ese tipo de cosas. También apuntamos a que no debes dejarle la responsabilidad del estado de tu ánimo a lo exterior. No decir: “es por eso o por eso otro”. Apuntamos a que haces tu trabajo interior, contigo mismo. En el fondo, es despertar a tu propio trabajo interior, a que asumas tu responsabilidad en el hecho”.
Cultura mapuche
¿Por qué teniendo una cultura tan rica como la mapuche, las personas siguen visitando otros países para buscar la espiritualidad o el desarrollo personal?
“Primero, porque la ignorancia nos ha hecho creer que las señales del progreso están en el crecimiento económico, en el desarrollo material. Entonces, el crecimiento interior es nada, no existe ese concepto. No existe como ideal cultural el crecimiento interior. Es la crisis de sentido. Y lo segundo es que el chileno creció de espaldas a su madre indígena. El padre español fue el que impuso los términos. En aquel momento, se aplastó todo vestigio de sabiduría de la cultura nativa. Por tanto, lo que se hizo en Chile fue asimilar la cultura básica lo más rápidamente posible y transformarla, integrarla bajo un concepto. Es un eufemismo muy curioso el decir vamos a integrar la cultura mapuche a la cultura chilena. El integrarla es negarla. Integrarla significa que la que se integra debe desaparecer porque no vale. Todo el proceso de colonización en los siglos XVIII y XIX fue una negación sistemática de la cultura básica para que se cristianizara el país, o se hiciera monárquico, o después republicano, etcétera. Sin embargo, nunca se revisó qué cosa valiosa podríamos potenciar de la raíz, de lo indígena. Entonces, nuestro yo de nación se fabricó en base a las ideas del modernismo, de la ilustración, de conceptos franceses, de república, etcétera. Fue más importante acá en Chile Napoleón que Kallfukura. Nos han vendido el mito de que Occidente es superior, que el sistema de civilización de Occidente es superior a lo nativo de Latinoamérica. Es todo un asunto construido y manipulado. Es por eso que buscamos en la India o en el Tíbet lo que está aquí, en el sur”.
“El hecho de que exista una cultura como la mapuche en esta tierra implica un alto destino de Chile.”
¿Cómo ves a la cultura mapuche actualmente?
“Está en efervescencia, porque cuando se está a punto de morir hay mucha más fuerza que cuando uno está próspero. Entonces, como siempre ha estado a punto de morir, pero particularmente en los últimos 50 años dado que el modernismo ha atacado sin piedad los fundamentos, está bullente, despertando, en un estado de alerta. Por eso mismo, como hay mucha energía, en particular en los jóvenes que se activan, se cometen por cierto algunos excesos, excesos en el sentido de lo que es típico de cada joven: el cambio inmediato, la recuperación inmediata de antiguas tierras y de vivir en el lof antiguo mapuche, que significa comunidad, territorio. Entonces se olvidan de que están en una realidad compleja”.
¿Cómo consiguen los mapuches preservar su cultura?
“La tradición oral ha sido el vehículo para mantener la identidad indígena, la identidad mapuche; la tradición oral y las prácticas del ecosistema. Sin embargo, como el ecosistema ha cambiado, las prácticas también han cambiado. Por ejemplo, cosechar remedios en un humedal ya no es lo mismo, porque los humedales han desaparecido a causa del monocultivo de los árboles extranjeros, como el eucaliptus. Se ha alterado profundamente el paisaje, el entorno, el ecosistema. Por tanto, si el ecosistema cambia, ya no se practican determinadas cosas. Al no haber un humedal en donde haya agua, desaparecen también las visiones de las Machi, porque generalmente los mensajes de la naturaleza ocurren cuando hay un conjunto de elementos naturales. Pájaros, culebras, pudúes silvestres, zorros: cada uno de los animales es un mensaje distinto. Entonces, al desaparecer los animales desaparecen también los mensajes que pueden decir los animales. Por lo mismo, si no hay mensaje, se pierde también el espíritu propio de una cultura, o lo que es peor, desaparecen los mensajes invisibles, porque se murió el mundo natural. Luego, se ignoran con mayor razón los mensajes y así, por ejemplo, una niña que está destinada a ser Machi es difícil que encuentre un signo de que está siendo llamada. Uno de los signos era ver un animal blanco en un lugar inesperado. Pero si no hay animales, ¡cómo vas a ver un animal blanco! Otro signo era ver un cultrún en la mañana, que sale de la neblina, desde un pequeño lago. Si el lago está seco o está contaminado, ¡cómo va a haber neblina! ¿Cómo se va a mejorar el alma si ya no está el Melliko lawen, los 4 remedios sagrados de la cascada, porque la cascada desapareció? Los remedios más potentes de la Machi, con los cuales ella hace determinados conjuros, estaban en aquellos humedales alrededor de las cascadas, y hoy en día desaparecieron porque la erosión avanzó o porque la empresa forestal invadió las quebradas y llenó de monocultivos extranjeros el ecosistema”.
Re-ordenamiento mundial
Se dice que Chile tiene un rol fundamental en el cambio global que está ocurriendo, principalmente en materias de estructuras y de cambio climático. ¿Es tan así?
“Chile tiene un rol por su naturaleza geofísica. El que esté detrás de una cordillera y frente a un mar infinito hace que esté protegido. Para las antiguas culturas indígenas, la altura ayuda a purificar, mata las larvas, lo bajo. La altura limpia y sana. Dice una tradición mapuche que cuando había un enfermo desahuciado, el último recurso era llevarlo a un volcán, dejándolo allí con agua y alimentos. Y muchos de ellos sanaban. Chile, al ser un país de altura, está más protegido ante las larvas e infecciones, ante las energías del bajo mundo. El mundo mapuche tiene mucho respeto y cuidado, por ejemplo, con los lugares bajos, en donde se pudren los animales, porque el alma de éstos no debe ser molestada. Donde está lo podrido, hay que tener mucho respeto, porque hay que dejar tranquilo el proceso natural de descomposición. Lo humano no debiese acercarse, porque el alma de los animales podría meterse y pegarse a una persona, y de algún modo existir valiéndose de lo humano. Algo muy negativo es hacer el amor en los lugares húmedos, porque el espíritu animal podría entrar en lo femenino, en el proceso del acto sexual, colarse, y el producto que se engendre en la mujer tendrá apariencia humana, pero el espíritu que habría allí tendría un alma animal”.
“Chile además es el segundo país con más reserva de glaciares de agua. O sea Chile es el país del futuro por el agua, por la pureza y por la abundancia. Desde Chiloé al sur, por formación geográfica, tiene uno de los aires más limpios del planeta. Chile además tendría una misión superior por su pasado, por lo acontecimientos humanos que se vieron en el pasado, porque creció allí una cultura que registró misterios que apuntan directamente a la condición humana. Registró allí noticias del misterio de la condición humana; ciertas pistas que declaran cuál es el camino humano. Una pista es el concepto Pillán, que significa espíritu que evoluciona. Sin embargo, para ser Pillán, es decir, el tener un espíritu dominador de una parte del cosmos, es preciso que el espíritu humano se una con el alma. Nuestro trabajo es darle conciencia a esta alma que tenemos. El espíritu que es consciente debe darle consciencia a esta alma que es la vida animal que tenemos. El alma está pidiendo: “No me dejes morir como alma involucionada, porque tú tienes el espíritu, elévame. Que la palabra Pillán se haya vivido en el sur de Chile, impregna esta cordillera, impregna esta tierra. Este concepto está impregnado del pueblo mapuche, de esta sabiduría. Las palabras que se pronunciaron hace siglos, las primeras palabras, son las que determinaron el ecosistema. Determinaron la vocación de esta tierra. El hecho de que exista una cultura como la mapuche en esta tierra implica un alto destino de Chile”.
¿Qué ocurre con un país como Chile, que tiene reservas importantes de agua frente a otros países que no tienen nada? ¿Qué dicen los mapuches con respecto a esto?
“Yo entiendo que la urgencia mapuche de autonomía tiene que ver con esto. Los mapuches saben muy bien que ellos defienden el paraíso. Ellos saben muy bien que el agua chilena, que el agua mapuche, es la más pura del mundo. Yo estoy seguro de que la lucha mapuche, aunque los jóvenes no lo sepan, lo intuyen, es mucho más importante que para las mismas comunidades. Es importante para Chile y para el mundo; porque si se arrasa con la tierra de Chile, se va a arrasar con la sabiduría -yo diría del mundo- así como se arrasó con la sabiduría de Egipto, de Grecia, de Roma”.
¿Y qué dicen los mapuches con respecto a las personas? ¿Qué ocurrirá con la gente, con quienes siguen viviendo bajo una lógica de consumo y ni siquiera saben cómo vivir de la tierra?
“Va a venir la gran inundación. Kay-kay (agua) se va a salir del océano y va a inundarlo todo. Va a envolver al género humano. Dice el mito que se van a ahogar y se convertirán en peces y rocas. Y va a quedar sólo un resto de humanidad, aquella que subió al cerro Treng-treng y que se acercó al Sol. Son símbolos humanos. Va a haber una renovación del género humano a través de una catástrofe. Y es cosa de ver las señales: la salida del mar, los avisos que ya se han dado en Chile”, asegura enfático Ziley Mora, pero con una tranquilidad que proviene de la experiencia, de su forma de vida y de la visión que tiene sobre la misma.
Fuente: https://www.mundonuevo.cl / Alejandra Vidal de La Cerda.